El mayor mito de la educación

Lo que sí es cierto es que algunas asignaturas requieren el uso de una modalidad en particular. Así, para aprender música, es necesario utilizar el oído y es tremendamente útil utilizar un atlas para aprender geografía.

Podríamos argumentar que alguien con oído absoluto podrá recordar mejor una melodía mientras que a alguien con memoria fotográfica le costará menos recordar la ubicación de los distintos países del planeta usando un planisferio.

Sin embargo, si la teoría de los estilos de aprendizajes fuera correcta, estas preferencias serían consistentes para todas las materias y sin embargo, las personas con oído absoluto no son necesariamente mejores recordando historias y todo el mundo aprende mejor geografía usando un mapa.

Puedes comprobarlo haciendo un sencillo test a tus alumnos.

En primer lugar, querrás identificar de entre tus alumnos aquellos que se identifiquen con dos estilos de aprendizaje diferentes, por ejemplo visual y auditivo.

Esto lo puedes hacer pidiéndoles que escojan un método para aprender cierta parte del temario que suelas impartir. Así, un profesor de física y química podría indagar: ¿Preferirías estudiar la estructura de un átomo mediante un diagrama o escuchando una explicación sobre cómo se localizan sus partículas?

A continuación, se les ofrece a los alumnos de forma aleatoria una de dos presentaciones educativas, una visual y otra auditiva. De este modo, para la mitad de los estudiantes, la experiencia coincidirá con su estilo de aprendizaje y para la otra mitad no.

Un mismo examen final para todos será la clave para confirmar o refutar la hipótesis de que los estilos de aprendizaje ayuden a los estudiantes a afianzar conceptos, ya que si fuera cierta los resultados deberían mostrar un mejor rendimiento cuando la presentación coincide con el estilo de aprendizaje que cuando no coinciden.

Podrás comprobar por ti mismo que de tus estudiantes cuyo estilo de aprendizaje preferido coincida con su presentación no obtendrán mejores resultados en el examen que aquellos en las que no coincidió.

Si Los estilos de aprendizaje no mejoran el aprendizaje, ¿qué lo hace?

Según la literatura todo el mundo aprende mejor con enfoques multimodales. Así, conseguiremos recordar mejor una lista de objetos si los vemos dibujados junto con la palabra que representan que una lista sólo de dibujos o una lista sólo de palabras. Es lo que se conoce como efecto multimedia.

Finalmente, lo más importante para el aprendizaje no es la forma en que se presenta la información, sino lo que ocurre dentro de la cabeza del alumno, ya que las personas aprenden mejor cuando piensan activamente, resuelven problemas o imaginan qué sucedería si hicieran cambios.

Tus estudiantes no se dividen en visuales, auditivos o kinestésicos, sino que lo son todo a la vez. ¿No te parece una buena noticia? Si quieres mejorar el aprendizaje de tus alumnos puedes diseñar una estrategia que involucre múltiples formas diferentes de entender lo mismo, y lo mejor es que no te servirá sólo para un subconjunto de estudiantes, sino para todos.