Trasplantes para todos: el gran desafío biomédico
Publicado el 11 de Febrero de 2025 | Biología y Geología

En la actualidad la única solución si un órgano deja de funcionar es el trasplante: cambiar una pieza por otra. Sin embargo, este siempre es la última opción porque hay una gran escasez de órganos. Los pacientes pasan meses, o incluso varios años, en listas de espera hasta que reciben el trasplante que necesitan. Y, por desgracia, es un problema que va a más: en muchos países desarrollados la tendencia es que cada vez se necesitan más órganos y se dispone de menos tejidos, ¿por qué?
Aunque hay muchas causas, una muy relevante es el envejecimiento de población: cuanto más mayores somos, más probable es que necesitemos un trasplante y menos probable es que nuestros órganos estén en condiciones para ser trasplantados a otras personas. Por eso, uno de los desafíos de la salud pública es mejorar la salud general de la población para que necesiten menos trasplantes y, a la vez, haya más donantes al haber más gente saludable. Pero más allá de la salud pública, conseguir órganos para todos es un desafío que se intenta arreglar nuevas técnicas experimentales que parecen… ¡de ciencia ficción! (como intentar fabricar órganos artificiales o los xenotrasplantes, usar órganos de otros animales). De todas las opciones, varias intentan evitar el desperdicio (que un órgano sano y listo para trasplantar se pierda) mejorando la conservación enfrío. Si te sorprende que haya ocasiones en las que no se usan órganos trasplantables, tengo una pregunta para ti: ¿cuánto crees que puede mantenerse un órgano en buen estado para el trasplante? Ten en cuenta que mantener el órgano a bajas temperaturas es dañino para los tejidos, lo que pasa que es peor mantenerlo a temperatura corporal: al bajar la temperatura el metabolismo se ralentiza y se deceleran los procesos de muerte tisular. Al final, el tiempo exacto depende del órgano y las condiciones de crioconservación, pero unos números orientativos son: los corazones como mucho aguantan en frío unas 4 horas, los hígados hasta 12-16 y, en los mejores casos, los riñones se pueden conservar hasta 24-36 horas.
Con estos plazos, ahora entiendes por qué a veces en las películas se ve cómo transportan a toda velocidad un corazón desde el donante al paciente: no es solo porque el paciente lo necesite urgentemente, sino que una vez extraído tienen menos de cuatro horas para realizar el trasplante o perderán el corazón. Aunque más allá de escenas de película, conseguir corazones para todos va a requerir muchas medidas de salud pública y mucha ciencia.
Aplicación en el aula
Los trasplantes son un tema con múltiples cuestiones bioéticas que se les pueden plantear a los alumnos para iniciar un debate: desde si ellos mismos serían donantes, a si aceptarían recibir órganos artificiales o generados mediante bioingeniería a partir de animales modificados genéticamente (como los xenotrasplantes de cerdo a humano que se están investigando).
Por Pablo Barrecheguren
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