¿Qué es la afantasía?
Publicado el 16 de Octubre de 2025 | Biología y Geología
Como hablamos en el artículo sobre prosopagnosia, hay una gran diversidad en las habilidades cognitivas de la población. Hoy me centraré en la imaginación, en concreto en un aspecto de ella: la capacidad de imaginar estímulos sensoriales (es decir, generar imaginariamente el estímulo en nuestra mente). Esta habilidad la usamos, por ejemplo, cuando imaginamos el olor del café recién hecho, la forma de un balón de fútbol o el sabor de un plato de lentejas. Sin embargo, no todos tenemos la misma capacidad para realizar estos ejercicios mentales.
Se estima que el 3´9% de la población tiene algún grado de afantasía, que se define como la dificultad de imaginar estímulos sensoriales (dentro de este grupo estarían el 0´8% de las personas que son totalmente incapaces). Quizás no te suene este término, ya que es muy moderno (se acuño en el 2015); y aunque la gran mayoría de los estudios sobre la afantasía se centran en la imaginación sensorial visual (poder imaginar imágenes), en general, las personas afantásicas también tienen mermadas las capacidades imaginativas en los otros sentidos. Es más, uno de cada cuatro individuos con afantasía carece de imaginación sensorial en todos los sentidos.
Un punto curioso es que las personas con afantasía no suelen ser conscientes de su condición, o como mínimo tardan años en darse cuenta, ya que llevan una vida normal. Esto se debe a que en la gran mayoría de tareas tienen la misma funcionalidad que el resto de gente, pero hay ciertos rasgos más allá de la imaginación sensorial donde puede haber sutiles diferencias: por ejemplo, estas personas suelen tener una memoria autobiográfica menos detallada (esta memoria es la que almacena los recuerdos de nuestras vivencias personales) o se ha visto que tienden a soñar menos cuando duermen (además, sus sueños suelen tener menor riqueza sensorial); pero también hay datos que sugieren que son más resistentes a desarrollar trastorno de estrés postraumático.
Resulta muy interesante que en el extremo opuesto de la afantasía hay gente con una imaginación sensorial prodigiosa: se estima que el 3% de la población tiene hiperfantasía, la cual se caracteriza por poder imaginar imágenes a niveles fotorrealistas. Esto refuerza la idea que las habilidades cognitivas suelen aparecer en forma de un espectro en cuyos extremos se encuentran los casos más minoritarios pero también más exacerbados. Y todo esto, en definitiva, nos recuerda que los seres humanos somos muy diversos, hasta el punto que hay capacidades que damos por sentadas que pueden no estar presentes en algunas personas.
Aplicación en el aula
Para que tomen consciencia de sus propias capacidades de imaginación sensorial, se puede plantear a los alumnos algunos ejercicios como imaginar olores, sonidos o imágenes concretas. Una vez hecho, los alumnos que así lo deseen pueden compartir su propia experiencia realizando estos ejercicios. Aunque estos resultados no servirán a nivel diagnóstico, les mostrará que algunos de sus compañeros tienen más facilidad o dificultad que ellos en estas tareas. Es decir, les enseñará la diversidad neurológica que hay a la hora de imaginar estímulos.
Por Pablo Barrecheguren
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