Programa de Alumnos Ayudantes: convivencia entre iguales
Publicado el 21 de Octubre de 2025 | Conocimiento
¿Qué significa la convivencia escolar? Quizá, si estás familiarizado/a con el concepto, lo primero que te venga a la cabeza es la normativa reguladora con sanciones a comportamientos o a acciones inadecuadas en el entorno del centro educativo. La existencia de tales medidas es común y, sin embargo, limitar la convivencia escolar a estas normas es obviar que se realizan un gran número de acciones que fomentan la prevención y la convivencia positiva. Nos centraremos en el valor educativo de este aspecto: el Programa de Alumnos Ayudantes.
La convivencia escolar se construye con relaciones humanas. En un contexto actual en el que la violencia y el acoso escolar son motivo de preocupación, el Programa de Alumnos Ayudantes surge como una propuesta educativa para convertir al propio alumnado en protagonista de la mejora del clima escolar. El programa parte de una idea sencilla, aunque potente: el alumnado puede ser parte activa en la detección de situaciones y resolución de conflictos. Este enfoque combina prevención, participación y apoyo mutuo dentro de una cultura de cooperación.
Transformar la pasividad en solidaridad es uno de los grandes beneficios del programa. La iniciativa da respuesta a uno de los principales problemas asociados al acoso: el silencio de los espectadores. Cuando un/a estudiante se atreve a dar el paso y tender la mano a otro/a deja de normalizar la violencia y empieza a construir comunidad. Como señalan quienes participan en esta propuesta, son los pequeños gestos (acercarse a quien está solo/a, preguntar cómo se siente, ofrecer escucha) los que pueden marcar la diferencia entre la desesperanza y el alivio.
El Programa de Alumnos Ayudantes no es una solución aislada sino parte de una estrategia educativa más amplia basada en la cooperación, la mediación y el aprendizaje emocional. Su mensaje es claro: el colegio o instituto puede ser un espacio de concordia cuando el alumnado participa activamente en cuidarla. Educar para convivir es, al fin y al cabo, enseñar a vivir con y para los demás.
Aplicación en el aula
Los resultados observados en los centros que aplican el programa confirman su impacto. Existen experiencias que se han plasmado, por ejemplo, en blogs, en sitios web autonómicos o, incluso, en artículos periodísticos. El hecho de que las administraciones educativas reconozcan su labor en el expediente académico evidencia que la convivencia también se aprende y se enseña.
Elegidos por sus compañeros y formados por el profesorado, los alumnos ayudantes aprenden habilidades de escucha, empatía y mediación para acompañar a quienes atraviesan dificultades personales o sociales. Su función no es sancionar ni intervenir de manera punitiva sino escuchar, observar y ofrecer apoyo emocional y social. En muchos casos, son quienes primero detectan el sufrimiento de un/a compañero/a, incluso antes que los adultos del centro.
Por Marta Seror
| Anterior | Siguiente |
| La melatonina: ¿Dulces Sueños o un Despertar Cardíaco Inesperado? | ¿Qué es la afantasía? |






