La melatonina: ¿Dulces Sueños o un Despertar Cardíaco Inesperado?
Publicado el 28 de Octubre de 2025 | Sanidad
Parece que la ciencia ha decidido inyectar un poco de drama cardíaco a nuestros dulces sueños y la causante de él es una hormona llamada melatonina. La historia comienza cuando unos 65.000 mil insomnes americanos, ven como salvadora de sus sueños a una tal melatonina de liberación prolongada, que promete mantenerlos en brazos de Morfeo toda la noche, sin que ésta les susurre su lado oscuro, y es que, si se “comprometen” con ella más de un año, pueden tener posibilidades de desarrollar una insuficiencia cardiaca.
Lo que viene siendo que 2 de cada 100 pacientes que toman melatonina podrían haber evitado un drama cardíaco si se hubieran quedado contando ovejitas. Pero calma, no corráis a tirar los botes de esta pastillita que almacenáis en vuestra mesilla de noche, pues aún no hay nada definitivo, son conclusiones de un estudio observacional que aún no ha pasado por la inquisición científica para un veredicto, pero está en el punto de mira y de actualidad.
En España más del 15 % de la población padece insomnio crónico, y no metemos en este grupo a los noctámbulos que viven de noche y duermen de día, sino aquellos que queriendo dormir no son capaces, a los que les cuesta conciliar el sueño, y tienen el arte de despertarse sin más a mitad de noche y/o demasiado temprano por las mañanas, lo que viene siendo unos performers del despertador que a las 5,30 y tras levantarse un par de veces a ver si sigue siendo de noche, ya se ha hecho ronda de noticias en todas las cadenas, la lista de la compra, organizado el trabajo del día, semana y mes, y que durante el día y sin darse cuenta, sienten un malestar palpable convirtiéndose en criaturas irritables, apáticas, cansadas, ojerosas, despistadas, con falta de concentración y atención, problemas de memoria y mayor riesgo de accidente.
En resumen, ese tipo de personas que entre lo tarde que se duermen y lo pronto que se levantan, cualquier día se encuentran por el pasillo. Y claro cómo no aparece el conocido del vecino del amigo del primo del cuñado del marido de la presidenta (creo que me lié) que tiene el remedio perfecto, algo que tomar, ¿el qué? Pues una colección de artilugios que prometen el Edén del descanso: aerosoles, infusiones, gafas, almohadas “inteligentes”, retiros de fin de semana (¡¿en serio?!) y hasta dispositivos electrónicos.
Pero la Sociedad Española de Neurología, con la seriedad de un juez, ha dictaminado que “Ninguno ha demostrado su eficacia.” En un lenguaje claro y sin rodeos, sentencian: “No valen para nada.” ¡Vaya! Parece que la única almohada que funciona es la que te recetan y ahí es donde entra en juego nuestra heroína (de héroes, importante no confundir) de hoy, la melatonina, cronobiótico que hace de director de orquesta de los ritmos circadianos, la que pone la alarma para que tu cuerpo sepa la hora de dormir, que producimos de noche, los niveles en suero son de 10 a 100 veces mayores que durante el día, y que tiene por enemiga la luz, esa aguafiestas, con efecto inhibidor en su producción en personas sanas.
Si a esto le sumamos que hay otro estudio presentado por la Asociación Americana del Corazón, que revela que la exposición a la luz artificial nocturna está asociada a un aumento del riesgo de enfermedades cardiovasculares, encontramos una relación casi lineal: a mayor luz nocturna, mayor riesgo, de tal manera que el riesgo de enfermedad cardíaca aumenta un 35% a cinco años por cada incremento de exposición que la luz, que al ser un factor ambiental “ubicuo” y a menudo ignorado, es tan perjudicial como la contaminación acústica. La luz artificial nocturna hiperactiva el eje cerebro-corazón. Al no “convencerse” de que es de noche, el cerebro (específicamente la amígdala, centro del estrés) aumenta su actividad, lo que se traduce en una mayor inflamación de las arterias y la liberación de hormonas del estrés. Este estrés crónico en los vasos sanguíneos aumenta el riesgo de infarto o ictus. Si la contaminación lumínica altera los ritmos circadianos y suprime la melatonina, ¡ya la hemos liado!, seré el más informado al despertar de lo que pasa en el mundo por estar noches en vela viendo noticias, pero mis arterias están destrozadas y con riesgo de daño cardiaco, y cuanta más luz menos melatonina y si no tomo melatonina no duermo y si no duermo y veo noticias más luz y si más luz más estrés y más insomnio y si más insomnio tomo más melatonina externa que mi cuerpo de manera natural ha dejado de fabricar por ¿la luz? Y si prolongo ese tratamiento más riesgo aún de insuficiencia cardiaca y bla-bla-bla, ya me líe otra vez ¿será la falta de sueño?
Aplicación en el aula
1. Busca información sobre la melatonina y su forma de actuar.
2. Busca recomendaciones para tener un sueño de calidad
3. Crea una infografía y un pequeño video indicando recomendaciones para tener un sueño de calidad.
4. Amplía la información expuesta en el artículo.
5. Haz una lista de acciones y elementos que puedan producir exceso de luz y afecten al sueño.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
| Anterior | Siguiente |
| ¿Qué células hay en nuestra sangre? | Programa de Alumnos Ayudantes: convivencia entre iguales |






