¿Las Matemáticas lo explican todo?
Publicado el 30 de Septiembre de 2019 | Matemáticas

Las matemáticas lo explican casi todo, pero nunca explicarán por qué a la gente le gusta el reggaeton. Ahora, lo que sí es verdad es que hay muchas cosas que sí que son “matematizables”. Las matemáticas dan explicación a muchas situaciones: hay ecuaciones para montones de fenómenos físicos, para describir el clima, para los movimientos de la bolsa, para saber cómo de bueno es un jugador de baloncesto y ¡hasta para ligar! Hay una ecuación que describe cuál es el mejor ángulo para mojar una galleta en la leche y otra para saber cuál es la canción que más nos sube el ánimo a todo el mundo. Hay incluso una teoría matemática del caos.
Que algo sea “matematizable” quiere decir que lo podemos describir mediante números, ecuaciones y fórmulas, que lo podemos cuantificar. Y si podemos hacer eso, podremos predecir su comportamiento. Ésa es una de las mayores ventajas de las matemáticas y lo que las hace tan útiles: que son aplicables a multitud de fenómenos de todo tipo. En eso se basa la ciencia: en que, gracias a la abstracción, al rigor y a la generalidad de las matemáticas, podemos hacer predicciones y enunciar las leyes que nos hacen comprensible el mundo.
A veces incluso ocurre que cosas que pensábamos que no se podían describir mediante modelos matemáticos al final resulta que sí que lo son. Simplemente no teníamos todavía las herramientas matemáticas suficientes. Es sorprendente la cantidad de cosas que las matemáticas pueden describir, muchas más de las que te piensas.
Pero por suerte no todo obedece a las leyes de los números y la matemática. Somos demasiado complejos y son demasiadas las variables que rigen nuestro comportamiento. Quizá nunca lleguemos a tener un modelo matemático de nuestros sentimientos, de nuestros gustos, de las cosas de la vida que no están sometidas a ninguna lógica. Quizá las matemáticas no nos puedan explicar jamás por qué a la gente le gusta el reggaeton, por qué lo petan tanto las fotos de gatitos en internet o por qué el Sugus de piña es azul.
Por Santiago García
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