La economía del conocimiento
Publicado el 17 de Octubre de 2018 | Economía

Hasta hace solo unas décadas, se consideraba que los países que conseguían expansiones económicas y desarrollo eran los que lograban acumular factores productivos tales como capital y trabajo. Las recomendaciones a los países pobres para salir del subdesarrollo se basaban, principalmente, en invertir en activos físicos y bienes tangibles; infraestructura, maquinaria, tecnología… que aumentaban la productividad del factor trabajo.
En los últimos tiempos, sin embargo, se han producido profundos cambios económicos que han dejado claro que es el conocimiento aplicado a la producción el elemento central para aumentar la productividad, la competitividad y el progreso de los países.
Todos estamos de acuerdo que el conocimiento ha sido un componente clave y un motor del desarrollo y progreso de las sociedades de todos los tiempos. El hecho diferencial actual son los vertiginosos cambios tecnológicos que han provocado un cambio en el modo en el que el conocimiento se incorpora a la actividad económica.
Es en este contexto donde podemos inscribir un nuevo tipo de economía. La llamada “Knowledge Economy” o “Economía del Conocimiento” se puede definir como el sector económico que usa la información y el conocimiento para generar valor y ofrecer a la sociedad productos y servicios que mejoran su calidad de vida.
Las sociedades que basan su desarrollo en este tipo de economías incentivan la inversión en capital humano que mejora las habilidades de las personas para inventar e innovar con el fin de generar nuevos conocimientos y promover ideas que se conviertan en productos y servicios. Los nuevos productos y servicios impulsan el desarrollo y mejoran el bienestar de la población. Se trata de una apuesta por el desarrollo a partir del aumento del conocimiento y en detrimento del aumento del de los recursos tradicionales (maquinaria, infraestructuras etc).
Los campos en los que juega la economía del conocimiento son diversos; educación, investigación y desarrollo, alta tecnología, informática, telecomunicaciones, robótica, nanotecnología o industria aeroespacial. Se trata de una inversión en capital intangible que no ha dejado de crecer desde finales del siglo XX.
Si observamos la situación de España, podremos comprobar que el uso del conocimiento se ha intensificado en todas las regiones españolas, aunque de manera muy desigual. El informe 'La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento' de BBVA señala que Las comunidades autónomas que han desarrollado con mayor intensidad la economía del conocimiento registran mayor renta por habitante que el resto y han resistido mejor la crisis en términos de renta, productividad y empleo.
Las regiones que más invierten en conocimiento serían País Vasco, Madrid y Navarra mientras que las que menos lo hacen son Castilla La Mancha, Andalucía y Extremadura.
Lo cierto es que los modelos de negocio del futuro estarán íntimamente unidos a la economía del conocimiento. Los cambios tecnológicos y el avance de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación pueden traer grandes aumentos de productividad y oportunidades de creación de empleos, impactando en todos los segmentos de las cadenas de valor de la empresa.
Enlaces de interés:
La competitividad de las regiones españolas ante la economía del conocimiento
Por José Ángel Navarro Martínez
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