La ciencia en The Last of Us
Publicado el 30 de Marzo de 2023 | Biología y Geología

Con motivo del éxito de la serie The Last of Us (que se basa en los videojuegos The Last of Us y The Last of Us Part II), es un buen momento para revisar la ciencia que hay detrás de la infección que genera la aparición de los zombis/infectados en estas obras.
Resulta que la infección ficticia se ha inspirado en un hongo real, el Ophiocordyceps unilateralis. Este hongo infecta a unas especies muy concretas de hormigas que habitan algunas selvas tropicales. El punto más llamativo es que estas hormigas, las cuales normalmente solo se mueven por el suelo del bosque tropical, cuando se infectan su comportamiento cambia y eventualmente ascienden por los troncos de los árboles. No solo eso: caminan hasta las hojas de las ramas y muerden el lado de hojas que da hacia el suelo, quedando ellas colgadas como un fruto. La mordedura no se suelta en ningún momento, haciendo que estas hormigas sigan colgadas incluso tras su muerte, y tiempo después de fallecer brota de su cuerpo el hongo que, desde las alturas, libera sus esporas hacia abajo para que caigan al suelo donde, precisamente, están caminando las hormigas sanas. Estas pisan las esporas, que son capaces de entrar dentro de la hormiga e infectarlas, cerrando así el ciclo de propagación del hongo. Un detalle llamativo es que el hongo sale de la hormiga desde lo que sería la nuca, muy cerca de la cara, lo cual podría haber inspirado a que en The Last of Us a muchos infectados les crezcan hongos del rostro.
Aunque es desconocido cómo exactamente consigue el hongo alterar el comportamiento del insecto, un punto importante es que no es el único caso de parásitos que cambian el comportamiento de sus huéspedes: por ejemplo, hay casos de otros tipos de hongos que infectan larvas de polilla, o gusanos que parasitan a grillos y saltamontes. Sin embargo, la mayoría de los casos de huéspedes “manipulados” se centran en insectos, y los casos documentados en animales más complejos muestran cambios de comportamiento mucho más sutiles. Este es un campo donde todavía falta mucha información pero es muy poco probable que un parásito consiguiera provocar cambios de comportamiento muy significativos (como los reflejados en la ficción) en sistemas nerviosos tan complejos y autoconscientes como el nuestro. Además, para ello en primer lugar tendría que conseguir pasar de infectar invertebrados a humanos, lo cual es ya de por sí extremadamente improbable. Y no debemos olvidar que tenemos sistemas de defensa inmunitaria mucho más desarrollados que los invertebrados. Así que podemos estar relativamente tranquilos si nos preocupan parásitos como el Ophiocordyceps unilateralis.
Aplicación en el aula
Sería enriquecedor que los alumnos, que tengan la edad adecuada para ello, visionaran la serie o jugaran a alguno de los videojuegos de The Last of Us para después comentar en clase cómo se ha tratado el tema de la infección en esas obras de ficción.
Por Pablo Barrecheguren
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