El ámbar: la unión entre Biología y Geología
Publicado el 20 de Mayo de 2021 | Biología y Geología

Las ramas del conocimiento científico son categorías que nos hemos montado los humanos para ordenar un poco la cosas, pero el mundo está hecho de mezclas. Dentro de la clásica separación entre Biología y Geología, destacan como punto intermedio los fósiles, ya que tienen un origen biológico aunque su estudio forma parte de la Geología. Y entre todos ellos, brilla con luz propia un elemento utilizado en joyería: el ámbar.
El ámbar no es ni más ni menos que resina fosilizada. Resina, eso sí, que puede llegar a ser muy antigua ya que hay muestras que proceden del Triásico (hace unos 230 millones de años) e incluso del Carbonífero (320 millones de años). Además, en los últimos años se ha descubierto que este tipo de fósiles son mucho más frecuentes de lo que soleemos creer, y hay yacimientos de mayor o menor tamaño por todo el globo en lugares tan diferentes como Perú, Etiopía o Nueva Zelanda.
Una de las preguntas más complejas sobre este tema es cuándo una resina se convierte en ámbar, ya que las definiciones sobre el tema son varias, aunque la mayor parte de ellas enfatizan en que la resina sufra un proceso de “maduración”, el cual implica un mínimo de 1-4 millones de años y que involucra tanto la pérdida de componentes volátiles como cambios en las moléculas que quedan formando los restos de resina. En líneas generales, el ámbar surge de la resina de un árbol (no todas las resinas tienen las propiedades adecuadas para convertirse en ámbar) que se acumula en lo que serán futuros yacimientos, normalmente junto con los restos del propio árbol, y estos restos quedan enterrados (lo cual evita el contacto con el oxígeno y la degradación natural de la resina). Y durante unos millones de años progresivamente la resina se va convirtiendo en ámbar mientras la madera suele transformarme en lignito (un tipo de carbón).
El ámbar es famoso por su presencia cinematográfica en las películas de Jurassic Park: en ellas los restos de mosquitos que murieron atrapados dentro de la resina sirven de fuente de ADN para clonar dinosaurios. Esta idea viene de trabajos reales que intentaban conseguir el genoma de los dinosauros gracias a este tipo de muestras, pero me temo que actualmente se ha demostrado que el ADN extraído en esos trabajos no era realmente de dinosaurios. Sin embargo, aunque no sirva para clonar dinosaurios, el ámbar es un producto científicamente muy interesante ya que a través de él se puede obtener información de cómo era la vida y el ambiente en el momento que se produjo esa resina. Si en algún momento unos científicos estudian ámbar originario de nuestra época, me pregunto qué les dirá de nosotros un fragmento de ámbar nacido en el siglo XXI.
Por Pablo Barrecheguren
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