Dinero negro al sol
Publicado el 9 de Julio de 2018 | Economía

Acabamos de comenzar el verano y seguro que todos estamos deseando que lleguen las ansiadas vacaciones. Muchos elegirán las costas para descansar en las múltiples playas que nuestro litoral nos ofrece.
Pero al igual que algunos acuden a las costas a descansar, otros muchos irán en busca de clientes; y es que… los vendedores ambulantes acuden a las playas a trabajar. La oferta es sorprendente; latas de refresco, sombreros, pareos, masajes, mojitos pasteles, gafas y un largo etcétera, serán ofrecidos a gritos a los veraneantes.
Detrás de toda esta venta existe un gran fraude para las arcas públicas ya que la mayoría no dispone de licencia. Para empezar, la venta carece de IVA, pudiendo obtener el mismo ingreso que los comercios, pero con un 21% de descuento para el comprador. La venta tampoco será declarada por el vendedor ambulante, que se ahorrará así el impuesto de sociedades o el IRPF. De este modo puede ingresar lo mismo que un comerciante, pero vendiendo el mismo producto mucho más barato. Además de todo esto evidentemente, la venta playera no está sometida a los seguros obligatorios establecidos por la ley, se ahorra el alquiler de un local y, por supuesto, los gastos derivados del mismo (consumos, IBI, mantenimiento, limpieza etc).
Aparte de todo lo anterior, los productos ofrecidos al grito de “bueno, bonito y barato" también son, en muchos casos, fraudulentos e insalubres. Se venden falsificaciones de bolsos o ropa de marca e incluso bebidas y comida que no cumplen los mínimos requisitos sanitarios.
Pero no solo en la playa nos encontramos economía sumergida. Antes de nuestro viaje pasamos por el taller a reparar nuestro coche y al ir a pagar nos preguntan… ¿con IVA o sin IVA? Puede que hayamos decidido alojarnos en un apartamento turístico que el dueño no declara a efectos fiscales, o en un hotel que no pasa la factura y donde nos comemos una mariscada sospechosamente barata y cargada de ricos moluscos que no pasaron por la lonja. Imagine que al ir a pagar no nos queda más remedio que hacerlo en efectivo porque el dueño del restaurante no admite tarjetas.
Evidentemente la economía sumergida se produce todo el año, pero se pone de manifiesto en verano ya que los récords de entrada de turistas no se traducen de igual modo en las cifras de empleo e ingresos.
Es difícil medir el tamaño de la economía sumergida debido a que, por naturaleza, no está sujeta a vigilancia gubernamental, no genera impuestos ni aparece en las estadísticas oficiales. Se calcula que en España supone entre un 18-20% del PIB siendo muy desigual entre las distintas CCAA. Canarias, Andalucía y Galicia figuran en los primeros puestos mientras que en Madrid Cataluña o Asturias tendrían menor incidencia.
Pero la economía sumergida no solo recoge actividades legales ocultas a la administración, también incluye otras ilegales como el contrabando, la prostitución o el tráfico de drogas que incluso computan en el PIB. En 2014 la UE obligó a todos los estados miembros a través de un cambio metodológico en el cálculo del mismo a incluir estas actividades.
¿Por qué se produce la economía sumergida? ¿por qué hay más en unos países que en otros? La respuesta no es sencilla, pero parece que puede estar en la carga impositiva que perciben los ciudadanos y la conciencia fiscal que cada uno tiene. En éste sentido sin duda, los escándalos con los que nos enfrentamos recurrentemente no ayudan en absoluto.
Por José Ángel Navarro Martínez
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