Cambio de horario y salud

Publicado el 18 de Septiembre de 2018 | Sanidad

Ahora que la comisión Europea debate la eliminación del cambio horario, nos planteamos si es beneficioso o no para la salud.

Muchos son los estudios que se han realizado para determinar como el cambio de horario dos veces al año afecta a nuestro organismo.

Esta práctica que para algunos parte de la primera guerra mundial cuando Alemania y sus aliados querían aprovechar la luz del sol y que en España tras unos años sin llevarse a cabo se retomó en el 1974, produce en el cuerpo un pequeño jet lag.

Siempre ha sido motivo de polémica esta variación en el horario, sin llegar a una conclusión clara, avivándose el debate en marzo y octubre que es cuando se realizan los cambios de hora.

Desde el punto de vista de la salud, nos ocasiona pequeños desajustes o molestias, sobre todo en ancianos o niños, siendo el cambio de hora de primavera donde se ha podido observar que el número de infartos en los tres días siguientes al cambio de hora, es mayor debido a la variación en el patrón de sueño. Hay una desorientación hormonal que obliga al cerebro confuso a adaptarse y la falta de sueño libera hormonas que aumentan la inflamación y agravan la situación de personas con problemas cardiacos.

Se ha demostrado que hay un 25% más de riesgo de ictus en los enfermos de cáncer y del 20% en personas de más de 65 años.

Por otro lado el ritmo circadiano, que regula la liberación de las hormonas que afectan al estado anímico, a los niveles de hambre y sueño, se ve perturbado causando dolor, migrañas, alteraciones digestivas, irritabilidad, nerviosismo, pérdida de reflejos o astenia.

La hormona principalmente implicada es la melatonina que regula el estado de vigilia y sueño en función de la luz solar.

Hay un mayor número de accidentes laborales sobre todo en los trabajos que conllevan una carga física alta, pues al tener menos horas de sueño la concentración es menor. La calidad del sueño disminuye con más despertares nocturnos y más dificultad para levantarse, lo que supone enfrentar el día con más cansancio.

El número de casos de personas depresivas aumenta debido a las pocas horas de sol y ser los días más cortos.

Los cambios horarios afectan además a la seguridad vial tal y como concluyen numerosos estudios que postulan que el día del cambio de hora y siguientes el número de accidentes de tráfico son mayores por dos principales motivos: Por las horas de sueño que se pierden y por las condiciones de luz. La luz es distinta a la habitual en la franja horaria en la que se conduce, cuando se hace el cambio de verano y cuando se hace el cambio de invierno por la pérdida de una hora de luz.

La pregunta ahora sería, ¿nos adaptaríamos a vivir siempre en horario de invierno o de verano, o es mejor pasar unos días con un pequeño jet lag en nuestro cuerpo?.

Por Luisa Mostazo Rodriguez