Aprendamos de los errores, de otros también.
Publicado el 12 de Diciembre 2023 | Sanidad
Que a todo se le puede dar más de una utilidad, es bien sabido, todo está inventado y reinventado, y como dice la frase: “la necesidad agudiza el ingenio” quizás por eso sea, y referente a las noticias que nos llegan del otro lado del charco, que veamos cómo se están utilizando ciertos fármacos con finalidades para las que en un principio no estaban destinadas.
Ya de por sí los fármacos cumplen la función de solucionar algunos problemas asociados a la salud, pero causando un envenenamiento relativo al cuerpo, provocando una toxicidad que se acentúa si la dosis no es la correcta, lo cual lleva ocurriendo desde hace bastante tiempo con fármacos tan “actuales” como el fentanilo, un fuerte opioide sintético similar a la morfina, pero 100 veces más potente, utilizado como analgésico para tratar dolores crónicos y severos, en pacientes oncológicos, después de cirugías o incluido como anestésico, con efectos negativos como la dependencia y la tolerancia que genera. Es conocido, últimamente, como droga “zombi” por dejar a las personas sin fuerza, abatidas, sin control sobre su cuerpo. Este opiáceo está llegando a alcanzar cifras epidémicas con muertes en determinados sectores de la sociedad, sobre todo al mezclarlo con alcohol, metadona o heroína, como si no fueran suficientes de manera individual. España se ha convertido en el cuarto país que más lo consume, con vocación de subir puestos dado el carácter de superación personal que tenemos los españoles, convirtiéndose en el tercer opiáceo más consumido tras la codeína y el tramador. Es un fármaco económico en su fabricación y a pesar de que para conseguirlo en las farmacias de España se necesita prescripción facultativa, con receta médica visada y controlada por inspector médico y control exhaustivo de los pacientes que lo utilizan, se está empezando a encontrar de manera fácil y descontrolada en el mercado negro, lo que nos lleva a preguntarnos ¿por qué está ocurriendo esto si son tantos controles los que se necesitan para conseguirla?, ¿cómo podemos justificar que en el rango de población comprendido entre los 15 y los 64 años, en algún momento y por la circunstancia que sea, hayan consumido esta droga con o sin receta médica?, causando efectos benévolos como euforia y bienestar en un primer momento, hasta pasar a poder provocar náuseas, vómitos, sedación, contracción de pupilas, cianosis, depresión respiratoria, paro cardiaco o coma,…
A pesar de que nuestro sistema sanitario hace difícil el acceso a este medicamento, las recientes noticias que nos llegan de recetas falsas o de cantidades incautadas para su venta ilegal es preocupante, quizás deberíamos plantearnos que no todo lo que viene de EE. UU. es tan bueno.
Idealizamos, por ejemplo, su dieta, sus hamburguesas, su comida rápida que nos lleva a conseguir sobrepeso y en consecuencia buscar una solución al mismo que en muchas ocasiones también nos llega de allí…
Y cambiando de tema, pero a colación de cosas adoptadas del otro lado del charco, en forma de fármaco, para solucionar un problema causado en parte por seguir su dieta, podemos hablar del uso de un determinado medicamento cuyo principio activo se llama semaglutida, que se diseñó originalmente para tratar a pacientes diabéticos tipo 2 ayudando al páncreas a liberar insulina cuando los niveles de azúcar en sangre eran altos, en redes sociales lo venden como la solución que Elon Musk y Kim Kardashian, entre otros famosos, utilizaron para adelgazar.
Pero no basta con querer utilizarlo con efecto adelgazante, tienes que tener unas características previamente determinadas para que te lo recetan, como obesidad, hipercolesterolemia, hipertensión… y con o sin esto y algún conocido que te quiera hacer el “favor” y con tu compromiso de hacer ejercicio y llevar una vida sana, una dieta baja en calorías y hacer como mínimo 60 minutos de ejercicio al día, igual puedes tener suerte y adquirir este medicamento que tienes que tomar en dosis altas, más altas de las que habitualmente toma un diabético, para perder presumiblemente peso, llegando a esta “solución” desesperada aquellas personas que no pierden peso por otros medios más recomendables y que a pesar de todas sus contraindicaciones están dispuestas a probar.
Se sigue investigando para encontrar soluciones, remedios para controlar un problema de salud mundial como es la obesidad, que reduce en casi 3 años la esperanza de vida y que supone casi un 10% del gasto sanitario y en consecuencia le damos el poder a sustancias químicas, como este fármaco, que milagrosamente y de manera fácil y rápida, en forma de pastilla o pinchazo, nos prometen consigue lo que deseamos, que en este caso es bajar de peso, sin pensar más allá de las consecuencias negativas que estas sustancias pueden ocasionar a nuestro organismo, con lo fácil y satisfactorios que sería llevar una dieta equilibrada, hacer ejercicio, tener una vida saludable,… pero nos estamos acostumbrando a lo fácil, a lo rápido, a genero un problema y la solución vendrá en forma de medicamento, de efecto rápido si puede ser, que hay prisa,…y si mucho me apuras y no consigo verme bien pues tiro de sustancias/fármacos que me lleven a tener la euforia suficiente y el bienestar deseado como para seguir viviendo dándole la espalda a la realidad sin aprender de los errores, ni nuestros ni de otros.
Sugerencias al profesorado:
1. Se puede orientar para trabajar temas de farmacología: efectos secundarios de los medicamentos, toxicidad…
2. Se puede trabajar el problema de las adicciones, problemas de obesidad, ...
3. Analizar estadísticas de obesidad mundial, salud comunitaria, hábitos tóxicos, drogodependencia, …
Aplicación en el aula
1. Analiza los datos del estudio del Centro Nacional de Epidemiología y debate en clase: “... Un tercio de los niños, niñas y adolescentes tiene exceso de peso; uno de cada diez, obesidad. En personas adultas, el 55,8% está notablemente por encima de su peso y un 18,7% alcanza el índice de obesidad. Un 5% de ellos está en obesidad severa, donde también se encuentran el 2,1% de los niños entre 2 y 17 años,… En los niños, las prevalencias más altas de obesidad y obesidad severa se dan en el grupo de 6 a 9 años, mientras que, en el caso del exceso de peso, se sitúan entre los 10 y los 13 años, …”
2. Analiza este estudio y debate en clase: Análisis del World Obesity Atlas 2023: impacto económico de la obesidad | Live-Med
3. Analiza este artículo y comenta en clase aspectos cómo los comportamientos aprendidos y el estilo de vida influyen en determinadas enfermedades y en concreto en la obesidad: Radiografía de la obesidad en España: más de la mitad de los adultos y un tercio de los niños tienen exceso de peso | Salud y bienestar | EL PAÍS
4. Hacer un estudio de una muestra de población, del centro, y analizar los resultados para compararlos con los datos del estudio anteriormente descrito u otro estudio actualizado donde se indiquen los % de obesidad en función de los grupos de edad.
5. Calcula el Índice de masa corporal (IMC) de los alumnos del aula.
6. Busca los criterios de clasificación de obesidad, según la OMS, en función del IMC.
7. Haz una lista de consejos para prevenir la obesidad.
8. Accede al siguiente documental sobre la droga “zombi”: https://www.netflix.com/es/title/81508443 o al siguiente sobre medicina letal: Medicina letal | Sitio oficial de Netflix
9. Hacer un estudio sobre los efectos secundarios de los fármacos y cuáles son los fármacos de uso común más peligrosos por sus posibles reacciones.
10. Analizar fármacos similares al fentanilo que pueden ser utilizados con fines de drogadicción.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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