Yo también soy inmune

Publicado el 16 de Marzo de 2021 | Sanidad

El sistema inmunitario o sistema de defensa del cuerpo humano, genera una memoria inmunitaria cuando entramos en contacto con un agente extraño.

Esta memoria inmunitaria, también se denomina inmunidad específica, ya que ataca al antígeno específico que se encontró con anterioridad y fue el precursor de la inmunidad adquirida.

El último año de manera cotidiana nos hemos familiarizado con el citado término antígeno, así como con: test de antígeno, anticuerpo, prueba serológica para saber si tenemos anticuerpos tras pasar la enfermedad… pero ¿sabemos qué significa ésto?, pues bien, cuando un agente extraño, llamémosle COVID, o parte de su estructura molecular, llamada antígeno, entra en contacto con nuestro organismo, éste provoca una respuesta inmunitaria produciendo anticuerpos. Cuando se hace una prueba de detección de antígenos lo que queremos ver es si tenemos dicho virus y cuando hacemos una serología post-enfermedad lo que pretendemos saber es si nuestro cuerpo ha generado anticuerpos frente al mismo.

Tras pasar la enfermedad nos surgen preguntas como: ¿habré generado anticuerpos? ¿seré inmune y ya no me contagiaré o será más difícil volverme a contagiar? ¿si en la prueba serológica me sale que no tengo anticuerpos, es que ha resultado inútil pasar la enfermedad y no estoy inmunizado?

Generamos anticuerpos cada vez que entramos en contacto con un agente extraño (antígeno) los cuales siguen permaneciendo en nuestro cuerpo gracias a la “memoria inmunitaria”, de tal forma que cuando volvamos a entrar en contacto con ese antígeno en particular nuestro cuerpo sabrá qué anticuerpos fabricar para que no se padezca la enfermedad o se pase de manera leve.

Esto suele suceder si sufrimos la enfermedad o si nos vacunamos, es decir, cuando el cuerpo ya ha sido “entrenado” previamente para fabricar esos anticuerpos específicos frente a un antígeno determinado. Ahora bien, la inmunidad no es sinónimo de tener anticuerpos, la inmunidad se puede desarrollar por anticuerpos o por linfocitos T, inmunidad celular adquirida donde las células de nuestro cuerpo actúan de manera citotóxica, matan a otras células infectadas y hacen que el virus desaparezca de forma rápida sin dar tiempo a desarrollar anticuerpos. Esta inmunidad celular no se suele detectar en los test serológicos, éstos serían negativos, pero la persona que ha pasado la enfermedad ya habría generado memoria inmunitaria.

Hay personas que no han tenido síntomas o estos han sido muy leves y no han desarrollado anticuerpos, debido a la respuesta innata o respuesta rápida que el cuerpo genera ante la infección, impidiendo que el virus se multiplique. Al no estar mucho tiempo en el organismo no se generarían anticuerpos.

En la mayoría de las personas infectadas se pueden producir diferentes tipos de inmunidad: una innata, muy rápida que si no consigue controlar la presencia del virus hace que el organismo ponga en marcha la inmunidad adquirida, que incluye un componente celular y otro de producción de anticuerpos.

Las personas con una respuesta innata o adquirida citotóxica potente, pueden no llegar a desarrollar anticuerpos ya que se han curado antes de llegar a producirlos sin esto significar que no estén protegidos frente a futuras infecciones, ya que si vuelven a estar en contacto con el virus su sistema inmunitario respondería de la misma manera, por tanto, no es del todo correcto decir que si tras una infección no tienes anticuerpos es que no estás inmunizado.

Las investigaciones actuales, informan que las personas que han sufrido la infección por SARS-CoV-2 generan esta memoria inmunitaria fabricando anticuerpos específicos frente al virus y dando una respuesta celular. Este efecto es el que se pretende conseguir con las vacunas, despertar al sistema inmunitario y enseñar cómo detectar y destruir al antígeno del virus.

Pero claro los virus mutan y mi pregunta es ¿pasar la enfermedad o vacunarnos nos protege frente a las variaciones del virus? parece ser que sí, al menos en las variantes conocidas actualmente, según un último estudio que indica que el sistema inmune de los vacunados y personas infectadas por el virus genera diferentes tipos de glóbulos blancos entre los que se encuentran los CD4+ y CD8+ que neutralizan las variantes más peligrosas del coronavirus, incluidas la británica, la sudafricana, brasileña y californiana. Si encontramos estas dos células en nuestro organismo tras pasar la enfermedad o habernos vacunado podemos decir, según este estudio, que hemos adquirido inmunidad completa frente a los nuevos tipos de coronavirus. Esto no significa que no podamos infectarnos, pero las consecuencias no serían tan graves como para producir la muerte, al menos no por este único motivo.

Aunque aún queda en el aire saber por cuánto tiempo somos inmunes al virus tras ser vacunados o pasar la enfermedad, parece que esta memoria permanece en el tiempo tras la exposición. Las vacunas se tendrán que ir actualizando para incluir más antígenos y se tendrá que ir revacunando periódicamente para que la enfermedad por covid se reduzca a un simple “resfriado” y nos despertemos de esta pesadilla cuanto antes.

Por Luisa Mostazo Rodriguez