Tu cableado cerebral: el conectoma
Publicado el 14 de Abril de 2020 | Biología y Geología

¿Cuán complicado es el cerebro humano? Los números nos pueden dar una pequeña idea… ya de entrada, con un peso de 1´2-1´5 kg, pesa entre tres y casi cuatro veces más que el cerebro de un chimpancé, que es el primate vivo al cual más nos parecemos. Pero eso no es todo, basta con adentrarnos en las cifras celulares que guarda el interior de nuestro cráneo para darnos cuenta que los números son apabullantes: tenemos aproximadamente 172.000 millones de células nerviosas, de las cuales la mitad son neuronas. Estas se conectan entre sí generando una red de cables celulares que dan lugar a más de 100.000 kilómetros de interconexiones. Considerando que la distancia en carretera entre Madrid y París son 1.275 kilómetros, cada uno de nosotros tenemos en cables cerebrales el equivalente a realizar 39 veces un viaje de ida y vuelta entre la capital española y francesa.
Estos miles de kilómetros de interconexiones tienen un nombre: conectoma. Y esta es, quizás, la parte que te hace ser quién eres. Es obvio que tu personalidad, ideas y pensamientos se encuentran en el cerebro pero… concretamente, ¿en qué partes? Sabemos que el cerebro humano adulto mantiene más o menos una cantidad constante de células y que estas no cambian su posición o función; lo único que cambia significativamente a lo largo de tu vida es cómo tus neuronas se van conectando unas con otras. Cuando aprendes una habilidad nueva se generan las conexiones cerebrales entre las distintas áreas produciendo un cambio en el conectoma. Es en el conectoma donde se esconden las experiencias que nos hacen diferentes entre nosotros. Esto ha hecho del conectoma el gran objetivo a desentrañar por parte de la comunidad neurocientífica internacional.
En situaciones muy puntuales los científicos se enfrentan a desafíos tan amplios que son inabarcables por laboratorios o centros individuales. En estos casos se crean proyectos masivos, siendo uno de los más conocidos el Proyecto Genoma Humano (1990-2003), cuyo coste fue de 3.000 millones de dólares y que consiguió por primera vez secuenciar el código genético del ser humano (aunque todavía 17 años después se sigue trabajando sobre esta información). Para el caso del conectoma se ha creado el Proyecto BRAIN, cuya dotación económica se cuenta por cientos de millones de dólares y diez años de duración. Y ni siquiera con esos recursos el proyecto aspira a desenredar completamente nuestro cerebro: el objetivo principal es crear las herramientas necesarias para conseguir posteriormente analizar el conectoma con precisión microscópica.
Con lo cual, todavía quedan muchos años antes de que la neurociencia consiga averiguar todos los secretos de cómo funciona nuestro cerebro, pero estoy seguro de que con el suficiente tiempo y dinero lo acabará consiguiendo.
Por Pablo Barrecheguren
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