Términos que se usan repetidamente en ámbitos educativos
Publicado el 6 de Noviembre de 2018 | Conocimiento

La forma en la que se usan las palabras en la vida diaria como educadores es de vital importancia. Si no se tiene un lenguaje y un entendimiento comunes entre los profesionales de la educación, hay un problema. Aquí repasaremos términos que se usan en ámbitos educativos, aunque a veces con enfoques distintos.
Liderazgo: Esta palabra se utiliza de muchas formas. Para algunos, el liderazgo lo representa una figura más autoritaria que asume ese rol desde la gestión tras alcanzar esa posición con el paso del tiempo. Para otros, el liderazgo sin embargo es una persona a la que admiramos debido a sus increíbles habilidades para unir a los demás o debido a su experiencia en liderazgo educativo o transformador.
Participación estudiantil: Lo que hace que el compromiso de los estudiantes esté abierto a la interpretación es el hecho de que puede significar varias cosas diferentes para distintos grupos de personas. En algunas aulas, el compromiso de los estudiantes significa que los alumnos permanezcan atentos y sigan las explicaciones del docente. En otras, la participación de los estudiantes es más auténtica, en la que los estudiantes hablan y el profesor fomenta esa conversación.
Fidelidad: Lo que irrita a las personas acerca de esta palabra es que cuando los educadores escuchan a un gestor usar la palabra, generalmente también conlleva cumplimiento. Con demasiada frecuencia, la fidelidad significa que no podemos añadir nuestra propia creatividad y siempre tiene que parecer lo mismo.
Desarrollo profesional: La unión de estas dos palabras está muy trillada. Para algunos, el desarrollo profesional significa simplemente cumplir con las normas establecidas por alguien que aprobará o no su trabajo en el aula. Para otros, el desarrollo profesional es muy importante porque les ayuda a mejorar. Y esa mejoría es algo que además tendrá un impacto directo en los estudiantes.
Retroalimentación: Se supone que la retroalimentación implica un diálogo entre el profesor y los estudiantes en torno a un objetivo y que debe estar rodeada de una intención de aprendizaje. Desafortunadamente, la retroalimentación no existe así en muchos casos en la docencia, y pasa a ser muy unilateral, sobre todo cuando se considera que los comentarios recibidos no llevan a ningún diálogo.
Compromiso familiar: Para algunos educadores el compromiso familiar consiste en cómo los padres o tutores trabajan con sus hijos en el hogar, apoyando lo que la escuela aporta a sus alumnos. Para ello, los docentes se comunican con los padres a través de boletines, redes sociales y eventos escolares. Mientras que la otra cara de la moneda del compromiso familiar consiste menos en un monólogo que va de la escuela a los hogares, y más en un diálogo continuo entre ambos donde aprenden unos de otros. El compromiso familiar de esta forma es mucho más efectivo.
En definitiva, tener un lenguaje y un entendimiento común es una de las cosas más importantes que podemos acordar en las escuelas. Te invitamos también a encontrar más información sobre otras propuestas educativas de McGraw-Hill Education en nuestra web.
Por Manuel Caro
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