Tecnología con corazón
Publicado el 25 de Octubre de 2021 | Sanidad

Lejos de hablar de temas emocionales, podemos afirmar que cada vez es más accesible interpretar el funcionamiento interno de nuestro corazón.
Los avances tecnológicos incluso nos han puesto al alcance de nuestra muñeca relojes inteligentes capaces de analizar nuestro ritmo cardiaco, tomar tensión arterial, medir la saturación de oxígeno en sangre o hacer un electrocardiograma.
Tener controlada o vigilada nuestra salud desde un dispositivo inteligente a nuestro alcance, teniendo presente en cualquier caso que no son dispositivos médicos, hace que cada vez sean más los usuarios que se impliquen en una atención bidireccional respecto de su salud, no dejando todo el proceso sólo en manos de los facultativos.
La tecnología estaría, en este caso, diseñada y orientada para ayudarnos a controlar y vigilar nuestra salud cardiaca.
Cuando detectamos arritmias y en consecuencia el sistema eléctrico del corazón, encargado de controlar los latidos cardiacos, no funciona correctamente, se estima necesario implantar un marcapasos, que vigile continuamente el ritmo cardiaco y que imite la acción del sistema eléctrico natural, de tal forma que si detectara que no hay latido cardiaco, o éste es muy lento, se pondría en funcionamiento para restablecer el mismo.
Hasta ahora el control y monitorización del marcapasos se hacía de manera remota con un sistema de vigilancia continua, generalmente un monitor o consola en el hogar que transmitía, de forma instantánea, una señal a los facultativos sanitarios en caso de registrarse algún fallo en el correcto funcionamiento del dispositivo. Esta vigilancia en remoto hace que el paciente no tenga que asistir al centro médico para su revisión pues a diario por la tecnología 4G y un sistema parecido al router de wifi, se envía la información, tanto del propio corazón como del dispositivo, a una plataforma la cual se puede visualizar desde un aparato con conexión a internet y que notifica de manera inmediata cualquier problema.
Aunque son muchos los pacientes que llevan marcapasos, la mayoría carecen de unos conocimientos básicos sobre el dispositivo y su función, lo que conlleva que la monitorización remota esté por debajo de lo deseable y si se detecta una anomalía lejos del monitor que está en el hogar, puede que pase desapercibida con las fatales consecuencias que eso supondría.
Los avances tecnológicos son el presente y el futuro, habiéndose desarrollado incluso marcapasos que pueden transmitir los datos de manera instantánea al teléfono inteligente del propio usuario. Existen marcapasos que funcionan de manera inalámbrica, con tecnología bluetooth, mediante aplicaciones móviles que agilizan el proceso de recopilación de datos, haciendo partícipe al paciente de su tratamiento particular, ayudándoles a comprender mejor los datos de su dispositivo, teniendo acceso de forma rápida y segura a todo lo relacionado con el cuidado de su corazón, sin aparatos de monitorización adicionales, que detecten anomalías, aumentando así en los pacientes el compromiso personal por su salud cardiaca.
A través de la telemetría inalámbrica bluetooth se hace un monitoreo en los dispositivos inteligentes con un cifrado de extremo a extremo, el cual mantiene a salvo los datos y alerta al personal médico de los hechos más relevantes sobre el paciente “monitorizado”, su historial cardiológico, el seguimiento de sus constantes vitales, su actividad física,... así como la duración de la batería.
Se ha demostrado con estudios recientes que los pacientes que utilizan la aplicación para dispositivos cardiacos, basada en teléfonos inteligentes, tienen más posibilidad de cumplir con el programa de transmisión de datos, siendo las tasas de supervivencia más altas, registrándose menos visitas a urgencias médicas y reduciendo el número de estancias hospitalarias innecesarias.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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