Sueños lúcidos, de la ficción a la realidad
Publicado el 23 de Febrero de 2021 | Sanidad

El sueño, ese tema tan recurrente para la narrativa y la poesía y que forma parte de nuestro día a día, es una necesidad biológica que nos permite reponernos física y psicológicamente y que ha estado siempre en investigación por sus repercusiones sobre la salud.
No le damos la importancia que tiene, pensamos que es algo negativo al asociarlo con la inactividad y la pérdida de horas vividas y por tanto improductivo, pero el sueño es salud, es necesario para que nuestro cuerpo funcione correctamente, o todo lo contrario si no dormimos bien.
Ya sabemos muchas cosas del sueño que están relacionadas con nuestra salud, como que durante el sueño y sobre todo en la fase REM (Rapid Eye Movement), nuestra memoria se consolida, y se activan nuestros recuerdos, productividad y concentración, que hay una vinculación entre salud mental, depresión, enfermedades crónicas como el cáncer, la diabetes y el Alzheimer, que al dormir regulamos la tensión arterial y por tanto tenemos menor riesgo cardiovascular, que se produce una disminución de la inflamación del cuerpo y mejora la inteligencia emocional.
Dormir las horas necesarias evita el aumento de peso y regula las calorías consumidas durante el día ya que durante el sueño se ven afectadas las hormonas que controlan el apetito, la leptina, que suprime el apetito, y la grelina que lo estimula. Los niveles de leptina aumentan durante el sueño y disminuyen los de grelina por lo que no tenemos sensación de hambre si dormimos bien. Si hay una falta de sueño crónica, la leptina baja y sube la grelina con la consecuente percepción de hambre a pesar de tener el estómago lleno, lo que hace que se consuman alimentos muy calóricos de manera impulsiva.
Pero como del mundo de los sueños queda mucho por saber, y entender el sueño es complicado pues cuando nos levantamos normalmente recordamos poco de lo soñado, necesitamos encontrar la fórmula para que las personas puedan soñar y contar en ese momento lo que está ocurriendo, ya que esto nos permitiría responder a preguntas aún sin respuesta; pues bien, esto ya no es ficción, es una realidad al alcance de nuestras manos, desde hace años, a pesar de ser motivo de estudio y análisis por los especialistas desde la década de los 70 del siglo pasado.
Científicos independientes de cuatro países (Francia, Alemania, Países Bajos y Estados Unidos) han liderado una investigación para determinar la forma de comunicarse con personas durante el sueño y obtener información sobre la función mental, la memoria, el sueño, y las repercusiones sobre la salud.
Han podido comprobar que podemos comunicarnos e interactuar mientras estamos dormidos, así como tener una comunicación a tiempo real, sin despertarnos, donde se pueden comprender preguntas y dar respuestas, contestar a problemas de índole matemática y participar en operaciones de memoria de trabajo, recordando al despertar lo ocurrido durante dicha prueba.
Esto sucede, sobre todo, cuando somos capaces de tener un sueño lúcido, que es el sueño en el que somos conscientes de lo que soñamos, incluso lo podemos controlar y cambiar a merced de nuestra imaginación, llegamos a ser protagonistas de un sueño dentro del mismo sueño, es como soñar que estamos soñando.
Los soñadores lúcidos han servido de gran ayuda para esta investigación que ha dado a conocer que cuando estamos en el estado de sueño REM podemos interactuar y tener una comunicación bidireccional a tiempo real.
El estudio realizado se lleva a cabo monitorizando la función cerebral de los individuos con sueños lúcidos, mediante estimulación con ondas gamma, y se ha comprobado que pueden seguir instrucciones mientras están soñando, responder a preguntas o hacer cálculos matemáticos simples, o diferenciar estímulos sensoriales.
Dichas respuestas son dadas a través de señales oculares o faciales como sonreír, fruncir el ceño o mover los ojos, que previamente han sido establecidas durante un entrenamiento. Al despertar, algunos de los participantes en el estudio pueden describir el sueño, las instrucciones, las preguntas y las respuestas dadas.
Esta nueva técnica de investigación pretende evaluar habilidades cognitivas y usarse de manera terapéutica para influir en el sueño de las personas y conseguir que a través de ellas superen tanto traumas, como depresiones, ansiedades o mejoren las enfermedades relacionadas con la memoria.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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