Programación, la alfabetización del siglo XXI
Publicado el 5 de Julio de 2018 | Conocimiento

La idea de enseñar programación a los niños no es nueva. Como cuenta la docente estadounidense Marina Umaschi Bers, en la década de 1960 ya se desarrolló el primer lenguaje de programación para niños, llamado LOGO. En aquella época los ordenadores eran máquinas grandes y costosas que ocupaban habitaciones enteras, pero ya se anticipaba que la tecnología se reduciría y que los niños podrían aprender a pensar de formas nuevas programando estos dispositivos.
En los últimos años, la programación se ha puesto de moda dadas las demandas de la nueva economía, por las que el mercado de trabajo necesita expertos en código. Sin embargo, de acuerdo con la organización Code.org, estas iniciativas van en aumento pero normalmente asociadas a los estudiantes de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). Y restringirlas a un grupo limitado de disciplinas, estudiantes y profesores, es un problema.
Si la alfabetización la entendemos como la capacidad de usar un sistema de símbolos (un lenguaje de programación o un lenguaje escrito natural) y una herramienta tecnológica (papel y lápiz, o una tableta y un ordenador) para comprender, generar, comunicar y expresar ideas o pensamientos en productos (un texto, una animación, un robot) que otros puedan interpretar. Esta definición se aplica a la alfabetización textual y también a la codificación.
Aquellos que no pueden leer ni escribir se quedan fuera de las estructuras de poder y sus voces no son escuchadas. Y puede que éste sea el caso para aquellos que no sepan codificar o pensar de manera computacional en un futuro. En opinión de Umaschi, “uno de los objetivos de la educación es ayudar a las personas a pensar creativamente para resolver los problemas de nuestro mundo”.
De modo que a medida que más personas aprenden a codificar y la programación deje de ser un dominio exclusivo de la informática, esta alfabetización generará un cambio social. Por tanto, recomienda que “si la codificación es la alfabetización del siglo XXI, debemos comenzar a enseñarla temprano, al mismo tiempo que enseñamos a los alumnos a leer y escribir”. Pero recuerda que al ser educación para niños, no hay que copiar modelos de educación desarrollados para adultos.
En el grupo de investigación DevTech, que esta docente dirige en Tufts University (Massachusetts, EE.UU.), crean lenguajes de programación y experiencias de codificación lúdicas para niños de 4 a 7 años. El éxito de sus iniciativas demuestra que estas tecnologías son apropiadas para educación infantil. Pero además de tecnologías innovadoras, se necesitan enfoques pedagógicos que las acompañen.
En este marco la programación puede convertirse en un juego, un entorno para ser creativo, para que los niños se expresen y exploren solos y con los demás, para aprender nuevas habilidades y resolver problemas, mientras se divierten. “En el mundo de hoy, aquellos que sepan producir tecnologías digitales y no solo consumirlas, tendrán su destino en sus manos. Aquellos que puedan innovar y resolver problemas, estarán preparados para enfrentar los desafíos de una sociedad multicultural, multiétnica, multirreligiosa y global”, concluye.
Además de profesora en la Universidad Tufts, donde dirige el grupo de investigación DevTech, Marina Umaschi Bers es la autora del libro Coding as a Playground: Programming and Computational Thinking in the Early Childhood Classroom, y es cofundadora y científica jefe de la empresa KinderLab Robotics, Inc.
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Por Manuel Caro
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