“Profe, ¿por qué no damos la clase normal?”
Publicado el 14 de Febrero de 2019 | Conocimiento

Puede haberte ocurrido en clase que, al proponer nuevas metodologías didácticas, el alumnado lo reciba con ilusión pero, al cabo de unos meses, se canse de un determinado modelo pedagógico innovador. La mayoría de docentes está de acuerdo en que es necesario buscar nuevas formas de enfocar el proceso educativo, modernas y coherentes con los nuevos tiempos pero… ¿hasta qué punto? ¿Tiene límites la innovación educativa?
Las pizarras digitales, modalidades como la ‘flipped classroom’, la implantación de software educativo, el aprendizaje basado en problemas… Ser docente hoy en día supone una enorme responsabilidad. La innovación educativa requiere una gran dedicación e inversión en recursos, tecnologías emergentes, desarrollo e, incluso, apoyos institucionales. Renovar herramientas y procedimientos obsoletos es positivo pero a veces se quieren realizar cambios inviables que requieren un esfuerzo que el profesorado no puede afrontar. Otras experiencias se basan en meras actualizaciones en las que únicamente se hace trabajar más al alumnado. Además, la evolución en los métodos es constante y esto hace que, en ocasiones, el alumnado se encuentre desubicado y lleguen a solicitar “dar la clase normal”.
La innovación en los proyectos, normalmente, surge de la iniciativa de una parte del profesorado que lo aplica en sus asignaturas y tiene un alcance local. En estos casos, no es frecuente que se den los ciclos correspondientes de investigación, validación y consolidación antes de su puesta en marcha y, por tanto, se suelen aplicar a medida que se van desarrollando. A pesar de la motivación personal hacen falta sistemas efectivos de transferencia de la experiencia que permitan tanto la continuación de la financiación como de la práctica de la idea.
En el ámbito de la educación, la innovación no tiene límites y está en constante avance. El cambio es una constante en este campo que no deja de romper fronteras.
Por Marta Seror
Anterior | Siguiente |
El impacto positivo de los docentes | La mochila austriaca |