¿Por qué a veces las cosas dan calambre? ¡Explícalo con chispa!
Publicado el 11 de Mayo de 2022 | Física y Química

Todos hemos sufrido algún día de esos en los que todo nos da calambre. Es común que ocurra de forma inesperada, de modo que cuando vamos a cerrar la puerta del coche o a tocar a alguien escuchamos un chasquido y sentimos un desagradable chispazo.
Hoy te proponemos 2 divertidos experimentos que pueden hacer tus alumnos en clase que mejorarán su relación con esta forma de energía. Los materiales que necesitarás son muy fáciles de conseguir: Un globo, una lata, agua, jabón, una pajita y una bufanda de lana.
Como sabes, algunos materiales llamados "aislantes eléctricos" se cargan con la electricidad estática que se produce al frotar dos de ellos entre sí puesto que el roce hace que los electrones de la superficie se pierdan y el material se cargue.
De este modo, si frotas la bufanda enérgicamente contra el globo este ganará electrones cedidos por la lana quedándose cargado negativamente.
El globo mantendrá su carga hasta que tocan algo que lo haga descargarse, pero mientras esto no ocurra repelerá otros materiales con la misma carga y atraerá los de carga contraria.
Te proponemos que tus alumnos hagan las siguientes dos pruebas con un globo cargado:
En primer lugar, proponles que acerquen el globo a una lata de refresco vacía y comprueben como la repele. Podéis incluso montar una pequeña carrera en el aula para ver quien es el mejor repeledor de globos de la clase.
En segundo lugar, proponles utilizar el poder de la electricidad estática para mover una pompa de jabón sin que estalle. Para prepararla tendrás que humedecer una bandeja, hacer una pompa de jabón en la superficie de la misma soplando través de la pajilla. Finalmente, acerca el globo a uno de los lados de la burbuja hasta que esta comience a deslizarse.
¿Sabrían tus alumnos explicar en qué se diferencia este proceso de la electricidad que ilumina nuestras bombillas? El flujo de electrones que se establece en estos experimentos no es constante, ya que la transferencia de electrones se produce sólo mientras hay contacto entre ellos. En cambio, la electricidad de nuestras bombillas depende de un flujo de electrones mucho mayor y sobre todo, constante.
Por Lucía García
Anterior | Siguiente |
El ajedrez y las matemáticas | Tres propuestas desde el Ministerio de Educación y Formación Profesional |