Por la boca “hede” el pez. No seas pez.
Publicado el 28 de Junio de 2022 | Sanidad

“Bésame, bésame muuuuuuucho, como si fuera esta noche la última vez…” y efectivamente puede ser la última vez si ese beso va asociado a un mal aliento o halitosis. El exceso de bebidas azucaradas, alcohólicas, la deshidratación, determinados alimentos como el ajo, la cebolla, brócoli, repollo, el café, el tabaco, problemas digestivos y/o una mala higiene o salud buco dental, así como el estrés o problemas respiratorios, nos pueden jugar una mala pasada y dejarnos a “dos velas''.
La halitosis es una patología asociada a un mal olor procedente bien de la boca, bien del estómago, que nos puede llevar a un aislamiento social, que la sufren tanto las personas que la padecen como aquellas con las que comparten su vida. Un aliento desagradable genera rechazo, sensaciones negativas, vergüenza propia y ajena y pasa a convertirse por tanto en un problema emocional a la vez que físico.
Este mal olor está causado principalmente por la acumulación de bacterias bucales y resto de alimentos que no se eliminan correctamente en la higiene bucal, es un problema que comienza al inicio del aparato digestivo, por la ingestión de alimentos que al descomponerse y quedarse adheridos al diente y alrededores generan un olor desagradable. Del mismo modo puede venir generado por exceso de acidez, reflujo, en el tracto digestivo o gastrointestinal, es decir en el canal digestivo. Una de las causas más habituales con la que convivimos a diario es el efecto del tabaco, que ya de por sí causa un olor desagradable e incide en la cavidad bucal produciendo un olor característico. Por su parte tener la boca seca, impide que la saliva haga la función de limpieza de boca y eliminación de partículas que causan mal olor, por eso durante la noche, al dormir la boca se seca y cuando nos levantamos lo primero que deberíamos hacer si no queremos espantar a las personas que conviven con nosotros es ir directos a realizar una limpieza bucal. Las enfermedades relacionadas con la nariz y la garganta también pueden ser el origen de una halitosis no deseada.
Si ninguna de estas causas localizadas es la tuya, igual hay que proceder a examinar de manera más profunda el aparato digestivo como posible causa del problema. La infección gástrica por Helicobacter Pylori, bacteria que se reproduce en estómago y duodeno, hace que se genere un gas llamado ureasa que se elimina al respirar y produce un olor flatulento.
Huelga decir que para evitar el problema lo mejor es ir a la causa, conocer el motivo y poner solución, pero es primordial y recomendable tener una buena rutina de salud bucodental después de cada comida o espacio de tiempo continuado con generación evidente de “boca seca” que incluya incluso cepillado de lengua y encías, utilización de hilo dental y enjuage con colutorio, tener unos hábitos cotidianos con horarios regulares de comida evitando alimentos muy condimentados o fuertes, grasos, evitar exceso de café, alcohol, beber agua frecuentemente, estar hidratado, no respirar con la boca abierta,…y , por supuesto, no esperes a que llegue ese fatídico (fétido) momento, evita las causas, prevé las consecuencias, piensa en ti, piensa en los demás.
Aplicación en el aula
1. Realiza una búsqueda de los signos y síntomas que produce el Helicobacter pylori.
2. Cuales son las pruebas que se pueden realizar para el diagnóstico del Helicobacter pylori.
3. ¿Cómo se realiza la prueba del aliento?
4. Haz una lista de alimentos cotidianos que provocan halitosis.
5. Redacta una serie de consejos que darías a un paciente con halitosis para evitar o disminuir el mal olor de su boca.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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