Los profesores de física excepcionales saben lo que es esto
Publicado el 15 de Septiembre de 2021 | Física y Química

Imagen: Frank Noschese, profesor de física en la Katonah Lewisboro School (Nueva York)
Los chalecos que se ven en la fotografía se popularizadon en las clases de física de Estados Unidos de la última década, puesto que permiten integrar en ellos acelerómetros y barómetros con la finalidad de tomar datos de posición y velocidad de una persona mientras realiza un movimiento determinado para analizarlos posteriormente.
En estos momentos, su uso esta comenzando a disminuir, ya que algunos profesores prefieren utilizar aplicaciones de monitorización de posición y velocidad que se pueden instalar en los smartphone de los alumnos y pedirles que los lleven en un bolsillo con cremallera.
Se utilice el método que se utilice, hay un lugar en donde tomar esta clase de datos es especialmente atractivo tanto para los alumnos de ESO como para los de Bachillerato... ¡un parque de atracciones!
Los parques de atracciones han sido utilizados como recurso para la enseñanza de la Física desde mediados del siglo XX. La primera publicación al respecto data de 1975 y se trata de un artículo escrito por John Roeders para la revista científica "The physics teacher".
En un parque de atracciones, los alumnos podrán divertirse experimentando aceleraciones y deceleraciones. Además, no sólo podrán estudiar las propiedades de un cuerpo en caída libre, sino que ellos pueden ser el cuerpo en caída libre.
Esta experiencia didáctica contrarresta el mito de que la Física es abstracta y solo accesible a los más brillantes combinando actividades intelectuales y lúdicas. Visitar uno de estos complejos para estudiar la ley de Newton o la ley de la conservación de la energía es una experiencia motivadora, y difícil de olvidar. La física del parque de atracciones es, a fin de cuentas, sencilla, real y divertida.
La experiencia les permitirá alcanzar una serie de objetivos didácticos, tales como controlar las variables e identificar los factores que intervienen en los fenómenos físicos que van a vivir. Estudiar los efectos fuerzas, en particular los de la fuerza gravitatoria, reconocer los límites de la precisión en las medidas, practicar la toma de datos e incluso reflexionar sobre las aportaciones de la ciencia e la mejora de la calidad de vida (y el ocio) de los seres humanos.
El parque de atracciones de Madrid organiza unas jornadas anuales de física que incluyen charlas para los alumnos antes de montar en cada atracción. Sin embargo, si preferimos organizar esta actividad en otro parque o en otra época del año, existen recursos online que nos facilitarán la labor.
Es importante que los alumnos sepan que no es imprescindible ni obligatorio montar en las atracciones, ya que la mayoría de las medidas y estimaciones pueden realizarse desde tierra. La recomendación es formar grupos de dos o tres estudiantes y entregar a cada grupo un cuaderno de actividades que han de completar durante la visita para poder evaluar su trabajo.
Suele resultar interesante devolver los cuadernos corregidos en la semana posterior al desarrollo de la actividad, así como realizar un debate sobre la experiencia. Así mismo, se pueden realizar una serie de actividades en el laboratorio que complementen el trabajo realizado en el parque. Estas actividades han de estar relacionadas con los conceptos que se han estudiado en la visita, tales como:
El movimiento circular uniforme que se experimenta al montar en la noria.
El movimiento armónico simple de un caballito del tiovivo.
La conservación de la cantidad de movimiento en los coches de choque.
La conservación de la energía mecánica en una montaña rusa.
Las propiedades de la caída libre en la lanzadera.
El movimiento pendular del barco pirata.
El equilibrio de fuerzas que experimentan las sillas voladoras.
¿Se te ocurren otros conceptos que puedan estudiarse en un parque de atracciones? ¿Y a tus alumnos?
Por Lucía García
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