Impresoras 3D: Grandes aliadas para la salud
Publicado el 23 de Septiembre de 2020 | Sanidad

Aún me cuesta pensar en tres dimensiones cuando hablo de impresoras. Me resulta difícil comprender o visualizar a una impresora produciendo diseños con volumen, ancho, largo y alto.
Hacer un diseño de lo que queremos imprimir y crearlo de la nada es algo mágico y tranquilizador en muchos casos como estamos comprobando en estos días, donde son necesarios respiradores, mascarillas, pantallas protectoras…, que se están creando con impresoras 3D dando esperanza a la escasez de material a la que nos enfrentamos.
Y si esto es sorprendente, más lo es saber que con impresoras 3D se pueden reproducir órganos como la piel.
Un grupo de investigadores nos han sorprendido con un proyecto de creación de una impresora de piel 3D, portátil, que cura las quemaduras regenerando los tejidos y reduciendo las cicatrices.
Este proyecto que lleva algún tiempo elaborándose, comenzó con una impresora que creaba tejidos que se depositaban en la zona quemada perfectamente ajustados al área a tratar en menos de 2 minutos.
Este método, que aplica láminas de piel sobre todo tipo de quemaduras, suple al clásico injerto con el que se toma piel sana para sustituir a la quemada. En casos de quemaduras extensas o graves, donde el injerto es difícil de realizar, esta impresora puede jugar un papel importante.
Para la fabricación en 3D de la piel se utilizan células del propio paciente, cultivadas previamente y de manera artificial en el laboratorio, lo que disminuye el riesgo de rechazo al implantarla.
Como toda impresora necesita tinta, en una impresora normal utilizamos tinta negra o de color, en un impresora en 3D se utiliza generalmente plástico y en una bioimpresora, como es este caso, se utilizan unos líquidos con las células cultivadas, más proteínas, calcio, factores de crecimiento, … es decir una “tinta” especial de un biomaterial, compuesto por “células de estroma mesenquimatoso”, células madres que se dividen en células especializadas que regeneran la piel quemada y disminuyen la cicatriz.
Estas biotintas que se utilizan para imprimir la piel, son de diferentes colores, por ejemplo, la de color naranja sería la de las células de la dermis, la amarilla es el plasma humano, en la biotinta verde está fundamentalmente el calcio, las proteínas y los factores de crecimiento y en la biotinta azul el resto de las células de la piel, como los queratinocitos.
A través de un programa informático, se pone en funcionamiento la impresora, activando unos motores de precisión que mueven las jeringas con las diferentes “tintas” para obtener de ellas las cantidades necesaria para crear la piel.
La piel reproducida replica la estructura natural de la piel humana, con epidermis, estrato córneo y una capa más profunda y gruesa con fibroblastos que producen colágeno.
Para un trozo de piel de 10 x 11 cm, por ejemplos, se necesitan entre 10 y 15 millones de células. Para 1m2 de piel, son necesarias en torno a 250.000.000 de células, que se obtienen de un trozo de piel del paciente del tamaño de un sello, del cual en un principio se extraen unas 10.000 células que se cultivan en el laboratorio hasta que se multiplican dando el número de células necesarias para los metros de piel requeridos para el injerto, en un proceso que dura entre 2 y 3 semanas.
Sin duda grandes avances científicos y tecnológicos para el campo de la salud que no debemos pasar por alto.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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