HIFU: Calidad de vida en el Parkinson
Publicado el 7 de Abril de 2021 | Sanidad

El Parkinson es uno de los trastornos neurodegenerativos más frecuentes que afecta al sistema nervioso de manera crónica y progresiva, y que provoca dificultades para la realización de las actividades de la vida diaria.
Muchas han sido las investigaciones dirigidas a encontrar las causas originarias de dicha enfermedad, sin llegar en la actualidad a tener datos objetivos claros y definitivos, y por tanto sin poder concluir, de una manera certera, la forma de prevenir la enfermedad.
Se considera que puede existir una combinación de factores medioambientales, genéticos y de envejecimiento neuronal que pueden desencadenar la enfermedad que hoy se trata con diferentes recursos, con el objetivo de paliar los síntomas, ralentizar el curso de la enfermedad y mejorar la calidad de vida de los pacientes y acompañantes.
El diagnóstico precoz seguramente sea la clave para poder solucionar esta enfermedad que afecta a más de 150.000 personas.
Cada día nos aproximamos más a la ansiada anticipación a la aparición de los síntomas, recientemente se está hablando del uso de la lactoferrina salival como biomarcador de la enfermedad de Parkinson, pues se ha visto una relación entre el descenso de los niveles de esta proteína con la fase de pre-demencia de la enfermedad.
De momento y mientras se sigue avanzando en las investigaciones para obtener la causa y como consecuencia acercarnos a su posible prevención, la comunidad científica debe compartir sus esfuerzos con el intento de frenar los síntomas, o al menos minimizarlos.
En España, recientemente contamos con un hospital público donde se ofrece un tratamiento contra el temblor provocado por el Parkinson. Consiste en un equipo de ultrasonidos de frecuencia focalizado (HIFU).
Este tratamiento permite frenar la actividad cerebral anormal y está especialmente indicado para los pacientes en los que no son efectivos los tratamientos farmacológicos o no pueden pasar por una intervención quirúrgica de estimulación cerebral con implantación de electrodos.
Este proceso que utiliza ultrasonidos de alta frecuencia guiados por resonancia magnética cerebral actúa como una lupa que hace converger los rayos solares para concentrar todo el calor en una zona determinada.
El HIFU capta el calor de los haces de ultrasonido, que atraviesan el cerebro, y se focalizan en un blanco concreto de pocos milímetros para provocar una lesión milimétrica en el grupo de neuronas precursoras del temblor. Como efecto inmediato se produce una alta temperatura focalizada y controlada que va aumentando de intensidad y que conlleva una extirpación de la zona donde se ha aplicado mejorando del orden de un 80% el temblor.
Al ser un procedimiento no invasivo, no necesita intervención quirúrgica, lo que evita las complicaciones intra y postoperatorias inherentes a una cirugía intracraneal.
Para poder llegar a ser tratado con esta técnica se necesita una valoración previa neurológica que descarte contraindicaciones y asegurar unos resultados óptimos, y otra neuropsicológica que asegure que las funciones cognitivas no están alteradas. Pasadas estas valoraciones se realizará una resonancia magnética y un TAC craneal para asegurar unos parámetros concretos que permitirán aplicar el HIFU.
Este tratamiento, que empezó utilizándose como medida de reducción del temblor esencial, se ha convertido en una técnica eficaz y segura para el tratamiento de las alteraciones motoras del Parkinson como son el temblor, la rigidez, la torpeza y la lentitud de movimientos, suponiendo una esperanza para aquellos pacientes que sabiendo que no tendrán cura en un futuro próximo, debido al estado de desarrollo científico y tecnológico en el que nos encontramos, podrán mejora su calidad de vida con una técnica de vanguardia cada día más asequible para el ciudadano de a pie por dicha enfermedad.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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