Guía para la ventilación de las aulas
Publicado el 18 de Noviembre de 2020 | Conocimiento

Ha quedado claro que vamos a tener que convivir con la enfermedad causada por el coronavirus durante un tiempo… y eso está condicionando nuestra forma de vivir. En concreto, en los colegios e institutos las clases ya no son lo mismo. Además de las medidas que hemos estado teniendo en cuenta a lo largo de estos meses, necesitamos otras herramientas para reducir la probabilidad de contagio.
El Instituto de Diagnóstico Ambiental y Estudios del Agua (IDAEA, CSIC) ha elaborado un informe explicativo de recomendaciones para la ventilación de las aulas. Se trata de un manual bien ilustrado y aclaratorio aplicable a espacios interiores que detalla ejemplos y soluciones, y nos lleva a una conclusión clara: cuanto mejor sea la ventilación, menor es el riesgo de contagio de Covid-19.
En este enlace encontrarás la guía completa basada en el manual de la Universidad de Harvard. Ventilación cruzada, ventiladores y demás métodos son, por ahora, las propuestas existentes.
La guía repasa estrategias e ideas que no viene mal recordar: cuantas menos personas, cuanta más distancia, cuanto menos tiempo de exposición, mejor. Por supuesto, el uso de mascarilla y las medidas de higiene siguen siendo necesarias. Ya sabemos que las actividades en el exterior son preferibles, ya que “en ambientes interiores las partículas en suspensión (o aerosoles), susceptibles de contener virus, se pueden acumular”. Pero no siempre se puede dar clase en el patio… ¡y mucho menos en determinadas regiones en los meses de otoño!
Ventilar o purificar el aire para reducir la concentración de virus son opciones para conseguir ambientes interiores con menos concentración de CO2. ¿Sabías que además puede favorecer la atención y el rendimiento escolar? Como indican en el informe, “la exposición a concentraciones de CO2 demasiado elevadas produce aletargamiento y dificulta la atención”.
La apertura de ventanas y puertas para una ventilación natural puede conllevar además problemas de ruido y de confort térmico. Como proponen en la guía, “hay que llegar a un compromiso entre el riesgo sanitario y el malestar y dificultades”. Por ejemplo, es preferible reducir el ruido en pasillos que cerrar puertas y en los periodos de frío habrá que vigilar las condiciones meteorológicas. Si son muy adversas, la ventilación no será viable. La ropa de abrigo, necesaria en estas circunstancias incluso en el interior, puede permitir no abusar de la calefacción de cara al invierno.
Por Marta Seror
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