Fulguritas: vidrios fabricados por un rayo
Publicado el 14 de Diciembre de 2020 | Biología y Geología

En geología, elementos como las rocas pueden clasificarse según el proceso que da lugar a su formación, siendo estos los tres grupos principales: por un lado están las rocas sedimentarias que se forman a partir de la erosión de otras rocas y su posterior agregación, también hay rocas magmáticas que proceden de la solidificación del magma presente en las profundidades de la Tierra, y luego están las rocas metamórficas, que son aquellas que, siendo inicialmente de uno de los grupos anteriores, sufren cambios debido a la exposición a elevadas presiones o temperaturas. Normalmente las rocas metamórficas tienen su origen en el punto de contacto entre un magma y una roca mucho más fría, la cual se ve alterada, o puntos de mucha presión geológica que alteran los elementos en las zonas de contacto. Y si bien estas son las principales fuentes de roca metamórfica, existe un tipo de rocas metamórficas que tienen un origen mucho más inusual: los rayos que impactan sobre la arena de playas o desiertos.
Para entender el origen de las fulguritas hay que entender el origen de los vidrios que componen nuestras ventanas. Recordemos que son vidrios, no cristales: un cristal tiene una estructura atómica cristalina, es decir, ordenada en el espacio. Cosa que no ocurre con el material de vidrio, que se caracteriza porque los átomos que lo forman no se encuentran repartidos dentro del material formando una estructura ordenada. Un vidrio es básicamente un revoltijo de átomos que se suele formar mediante procesos de vitrificación, que en el caso de nuestras ventanas implica tomar principalmente sílice, calentarlo rápidamente a temperaturas entorno a los 1500°C y después enfriarlo también con cierta rapidez.
Pues resulta que de modo natural se producen unas condiciones similares a la fabricación del vidrio cuando un rayo impacta sobre lugares como, por ejemplo, la arena de una playa. La arena es principalmente sílice, y el impacto del rayo eleva en milisegundos la temperatura lo suficiente como para fundir los materiales. Parte de la arena salta por los aires generando a veces estructuras de fulgurita que salen del suelo, pero destaca sobre todo el recorrido que hace el rayo dentro de la arena. Se puede seguir por la forma de la fulgurita bajo la arena, que desde el punto de impacto se adentra en el subsuelo creando una estructura cilíndrica con ramificaciones que, hasta cierto punto, recuerdan a una raíz de rayos. El tamaño de estas estructuras es variable, aunque las mayores se acercan a los 15 metros, suelen ser relativamente frágiles y es posible encontrar fulguritas con colores y composiciones variables según el terreno de impacto del rayo.
Por Pablo Barrecheguren
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