Física en la Piscina
Publicado el 20 de Mayo de 2019 | Física y Química

La mayoría de las piscinas de verano acaban de abrir sus puertas, lo que nos ofrece una excusa estupenda para hablar de física.
¿Alguna vez te has planteado porqué cuando abres los ojos debajo del agua se ve todo borroso pero con unas gafas de bucear se vuelve a ver bien?
Para entender el motivo es necesario repasar algunos conceptos básicos de óptica. La luz viaja a velocidades distintas según el medio que atraviese. De este modo el medio por el que va más deprisa es el vacío, luego el aire, luego el agua, los materiales translúcidos y su velocidad desciende hasta cero, dejando de avanzar cuando se encuentra con materiales opacos.
Cuando la luz pasa de un medio al otro cambia de velocidad, lo que hace que cambie de trayectoria. El nuevo ángulo del rayo dependerá de cómo de importante haya sido el frenazo, es decir, de la diferencia de velocidades en cada medio.
Las consecuencias se demuestran fácilmente metiendo un lápiz dentro de un vaso de agua, pues parecerá que está torcido.
Del mismo modo la luz pega un frenazo cuando se encuentra con nuestros ojos, y las consecuencias no serán las mismas si la luz venía del aire que si lo hace desde el agua.
Nuestros ojos han evolucionado para enfocar la luz en la retina sólo si esta viene desde el aire. Sin embargo, cuando buceamos sin gafas, la luz viene del agua al ojo y la imagen se forma detrás de la retina.
Las gafas de bucear hacen que el ojo vuelva a estar en contacto con el aire, restableciendo el ángulo de refracción que necesitan y por eso vemos bien cuando las llevamos puestas debajo del agua.
La física no está sólo presente dentro del agua. Quién no se ha preguntado alguna vez porqué si servimos un refresco con hielo en un día de calor a los pocos minutos el vaso aparece mojado por fuera.
Esto sucede porque el aire de nuestro entorno contiene agua en una cantidad que depende de su temperatura. Así, cuando el vapor de agua entra en contacto con la fría superficie del vaso, sus moléculas se ralentizan y el agua se condensa.
Esto son tan sólo dos ejemplos de los muchos que hay. ¡Reta a tus alumnos a explicar más física piscinera!
Por Marta Seror
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