Evaluar con rúbricas
Publicado el 17 de Noviembre de 2022 | Conocimiento

Las notas son uno de los temas más discutidos de la profesión docente ya que existen diferentes posturas y métodos respecto a cómo evaluar y calificar el progreso del alumnado. ¿Es mejor utilizando datos numéricos? ¿Debemos realizar un comentario sin nota o con nota? ¿Qué nos indica una cifra? Del mismo modo que han cambiado o evolucionado muchas formas de enseñanza, los sistemas de evaluación también han sufrido modificaciones significativas en los últimos tiempos.
En la ley educativa en vigor, la LOMLOE, se ha introducido de manera formal que “los criterios de evaluación han de ser medibles, por lo que se han de establecer mecanismos objetivos de observación de las acciones que se describen, así como indicadores claros que permitan conocer el grado de desempeño de cada criterio”. La nueva ley educativa establece que ya no solo se tiene que evaluar con ponderaciones numéricas, sino que hay que crear indicadores de logro para cada uno de los parámetros de aprendizaje deseables en una etapa. Nos están “invitando” a usar de manera constante y didáctica las rúbricas.
Evaluar con rúbricas no es algo innovador, pero a partir de ahora, gracias a esta ley, comenzarán a estar más presentes formalmente. Son una herramienta necesaria para lograr una evaluación formativa en la que el alumno se sitúe en el centro del proceso de enseñanza-aprendizaje. Uno de los problemas clásicos de los sistemas de evaluación utilizados hasta ahora es no hacer partícipes a los estudiantes desde el principio. Cuando un alumno recibe la nota final de una materia mediante un número puede que no vea lo que hay detrás, es decir, puede que no sepa lo que ha hecho bien y lo que ha hecho mal o lo que ha conseguido en concreto en el proceso de aprendizaje.
El Instituto Nacional de Tecnologías Educativas y de Formación del Profesorado (INTEF) define una rúbrica como “una tabla de doble entrada donde se describe la ‘escala de logro’ con sus correspondientes indicadores, generalmente relacionados con objetivos de aprendizaje, que se utilizan para evaluar un ‘grado de dominio’ de un desempeño o una tarea de complejidad alta”. Añade además que “es una herramienta que permite al alumnado conocer lo que se espera de él en cada tarea y actividad, y en qué nivel de consecución”. Es en este apartado en el que se observa que se sitúa al alumnado como parte protagonista del proceso.
Mientras que la manera tradicional de evaluación solo se revisa al final del proceso, la rúbrica recorre desde el inicio hasta al final todos los pasos del alumnado. Sus principales ventajas son:
- No solo califican, sino que también evalúan. Además de una nota habrá una descripción de lo aprendido.
- Alumno y docente serán capaces de saber en qué punto se encuentra su aprendizaje en todo momento.
- Son una magnífica guía para que el alumnado sepa lo que se espera que aprendan y cómo se evaluará.
Y tú, ¿utilizas rúbricas en tus clases?
Por Marta Seror
Anterior | Siguiente |
Las compras de pánico | La importancia de la temperatura corporal en el reino animal |