¿Es inteligente ser artificial?
Publicado el 4 de Mayo de 2023 | Sanidad

El psicólogo estadounidense, Lewis Terman definió “inteligencia” como la capacidad para pensar de manera abstracta. David Wechsler, psicólogo, como la capacidad para actuar con un propósito concreto, pensar racionalmente y relacionarse eficazmente con el ambiente, y Piaget, para mí la que me parece más acertada, como la capacidad para adaptarse al ambiente. La Real Academia (RAE) da numerosas definiciones como la capacidad de entender o comprender, de resolver problemas, una habilidad, destreza o incluso sustancia puramente espiritual.
Y qué significados podemos encontrar en la palabra “artificial”, pues tal y como nos indica la RAE, es algo hecho por mano o arte del hombre, producido por el ingenio humano o algo falso, no natural.
Si juntamos estas definiciones, las que más nos gusten, podríamos decir que la “inteligencia artificial”(IA) es la capacidad de adaptarse al medio por la mano o arte del hombre, o la capacidad de pensar de manera abstracta de forma falsa o no natural, o algo que hace el hombre con un propósito concreto… pero más allá de mi capacidad de unir frases dichas por otros, la RAE la define como “la disciplina científica que se ocupa de crear programas informáticos que ejecutan operaciones comparables a las que realiza la mente humana, como el aprendizaje o el razonamiento lógico”. Desde un punto de vista técnico, se podría definir como la tecnología dirigida a la creación de sistemas, algoritmos, softwares y dispositivos, dotados de un funcionamiento inteligente, es decir, permitir que las máquinas se comporten de manera racional.
La definamos como más nos guste, tenemos que ser conscientes de que el desarrollo de la misma ha venido para quedarse y ha impulsado de manera revolucionaria, entre otros campos, el mundo de la medicina con herramientas que ayudan a dar diagnósticos rápidos y precisos, mejorando la calidad asistencial con tratamientos más efectivos y optimizando los recursos, automatizando tareas mecánicas, descubrimiento nuevos fármacos, interpretando imágenes radiológicas, analizando el genoma de los pacientes y ayudando a entender el progreso de una enfermedad, de tal manera que todos los sistemas basados en la IA pueden realizar funciones, que el ser humano no podría.
A modo de ejemplo, nos encontramos con herramientas como Mammo Screen para analizar mamografías, identificando las regiones sospechosas y evaluando la posibilidad de que se trate de un cáncer maligno. Mediante la observación de la retina se puede llegar a diagnosticar una diabetes, un problema cardiovascular o problemas oculares. Para las personas dependientes, la domótica permite automatizar las actividades de la vida diaria, como subir o bajar persianas, o sensores que monitorizan a las personas dependientes o mayores que vivan solas para anticiparse a los problemas que puedan surgir como caídas. Recientemente, hemos oído hablar de la aplicación Glass AI 2.0, que utiliza una base de datos clínica personalizada donde se introduce el cuadro clínico del paciente, junto con otros datos como edad y género para dar un diagnóstico diferencial o tratamiento en segundos. Pero el debate está asegurado, ¿podrá sustituir la IA a un profesional sanitario? ¿hasta dónde llega la ética y la moral en la interpretación de resultados de forma artificial?, desde un punto de vista deontológico ¿se podría dar validez a una interpretación “fría” basada simplemente en datos, estadísticas, estudios, ... alejados del “calor” de la sabiduría, conocimiento e interpretación colegiada de profesionales formados en la materia?
Estas herramientas son de utilidad, o complemento, ayuda, a mi entender, siempre y cuando el ser humano esté formado en los temas en los que le va a proporcionar cierta base o ayuda la IA, es decir, cuando partimos de una inteligencia humana, de un conocimiento humano, a la que ayuda la inteligencia artificial, pues dejar este tipo de inteligencia en manos de un “ente, que no inteligente” profesionalmente hablando, puede llegar a ser muy peligroso, de ahí que la OMS haya redactado un informe sobre ética denominado: Ethics and governance of artificial intelligence for health, donde se advierte del peligro que entraña sobreestimar la IA en la salud, y para limitar los riesgos y aumentar al máximo las oportunidades que ofrece la IA en el sector salud, la OMS propone que la reglamentación de las IA se basen en principios como: preservar la autonomía del ser humano, es decir, que el humano siga siendo dueño de los sistemas de salud y las decisiones médicas. Promover el bienestar y la seguridad de las personas, garantizar la transparencia, la claridad y la inteligibilidad mediante la publicación de información suficiente antes de la concepción de una tecnología de IA, promover la responsabilidad y la rendición de cuentas; garantizar la inclusividad y la equidad y promover una IA con capacidad de respuesta sostenible que sirva para complementar y nunca sustituir.
Sugerencias al profesorado:
1. Antes de leer el artículo, hacer una tormenta de idea de lo que son las inteligencias artificiales y de sus aplicaciones en la salud y concretamente en el módulo que se imparte.
2. Leer el artículo y sacar las ideas principales del mismo.
3. Dividir a los alumnos en grupos (3-4) según número de alumnos de la clase y que trabajen la primera pregunta de aplicación en el aula. Seguidamente que se lean el informe de la OMS y piense cada grupo algún principio para añadir.
4. Hacer tantos grupos como sea necesario para que cada uno trabaje un principio, indicando las medidas que se podrían llevar a cabo para cumplir ese principio referido al módulo impartido.
5. Cada grupo buscará alguna aplicación o similar relacionado con la IA aplicada al módulo impartido y explicará al resto de los grupos: cómo funciona, ventajas y desventajas.
Aplicación en el aula
1. Qué es el Big Data y por qué se dice que no existe Inteligencia Artificial sin Big Data, ni Big Data sin Inteligencia Artificial.
2. lee el siguiente enlace: La OMS publica el primer informe mundial sobre inteligencia artificial (IA) aplicada a la salud y seis principios rectores relativos a su concepción y utilización
3. Trabaja sobre los principios que marca la OMS
4. Busca sobre aplicaciones de IA en salud.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
Anterior | Siguiente |
De docente a docente. Susana Diaz Morcillo, mejor docente de Secundaria 2022 | Cuestión de rozamiento |