El papel en la era digital
Publicado el 5 de Junio de 2025 | Conocimiento

Según el Ministerio español de Educación, Formación Profesional y Deportes, el 92,3% de centros públicos de Secundaria y FP cuenta con Entornos Virtuales de Aprendizaje. Pero ¿dónde ha quedado el papel? En un contexto educativo cada vez más marcado por la digitalización, resulta esencial recordar que el aprendizaje no debería reducirse a la interacción con pantallas. Los textos impresos, los apuntes a mano y los materiales físicos siguen siendo aliados fundamentales para fomentar un aprendizaje activo y una comprensión profunda y duradera en el alumnado.
La coexistencia equilibrada entre tecnologías digitales y herramientas tradicionales es clave para ofrecer una enseñanza más inclusiva y completa. Mientras que las pantallas abren puertas al acceso rápido a la información y a nuevas formas de expresión, el papel sostiene el aprendizaje activo, tangible y reflexivo. Trabajar con materiales impresos en el aula no debería entenderse como un lujo sino como una inversión en calidad educativa.
Sin embargo, a pesar de sus beneficios, el acceso a materiales en papel sigue siendo limitado en muchas aulas. No todos los centros educativos cuentan con dispositivos de impresión actualizados y no todo el profesorado en España dispone de los medios adecuados para generar, fotocopiar o imprimir recursos en formato físico. En muchos casos, son los propios docentes quienes asumen el coste y el tiempo de imprimir desde casa o en establecimientos para poder ofrecer a sus estudiantes recursos que complementen lo digital.
Aplicación en el aula
Trabajar con papel no es solo una cuestión de formato sino una oportunidad para activar procesos cognitivos clave. Subrayar, tomar notas, realizar esquemas o escribir reflexiones en los márgenes de un texto son acciones que invitan a los estudiantes a apropiarse activamente del contenido. Lejos de la pasividad que a menudo se asocia al consumo digital, el papel exige concentración, permite pausas para pensar y favorece una conexión personal con el material de estudio. No es casual que muchos docentes sigan confiando en estos recursos, especialmente cuando buscan promover la autonomía y el pensamiento crítico en sus clases.
Ejercicios en los que se resalten las palabras o frases más importantes de un texto, la redacción de resúmenes o los esquemas de fórmulas, por ejemplo, son algunas maneras de aplicar estas propuestas.
A medida que el sistema educativo avanza hacia modelos más digitales, no podemos permitir que se pierdan aquellos elementos que favorecen una comprensión profunda y significativa del conocimiento. El papel no es un recurso del pasado sino un complemento necesario para formar estudiantes críticos y atentos.
Por Marta Seror
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