¿Ejercicio, actividad o tarea?
Publicado el 20 de Octubre de 2022 | Conocimiento

El curso académico está ya en marcha tras las semanas iniciales en las que habitualmente se realizan actividades de presentación y familiarización del alumnado con el centro, el profesorado y los compañeros. Se puede decir que los docentes estamos de lleno en el funcionamiento “normal” de las clases: unidades didácticas, evaluaciones, atención a la diversidad, a familias, etc. En estos momentos pueden comenzar a asaltarnos dudas por diferentes motivos, a veces relacionados con las situaciones de aprendizaje y su consecución… ¿hay adquisición de conocimiento por parte de nuestros estudiantes? Es sano que nos planteemos si nuestra clase está comprendiendo nuestras explicaciones ya que, de no ser así, algo está fallando en la metodología ¡y tendremos que analizar dónde están los errores para subsanarlos!
¿Cuántas veces durante una sesión un alumno ha dicho que no entendía un ejercicio? Cuando esto ha ocurrido, ¿cuántas veces has pensado que lo acabas de explicar? Una causa frecuente por la que el alumnado no avanza al ritmo deseado es la diferencia entre los ejercicios, las actividades y las tareas. En muchas de las ocasiones en las que ocurren situaciones como la anterior el fallo puede ser nuestro por no haber secuenciado bien los ejercicios, las actividades y las tareas que queremos que realicen para lograr un aprendizaje significativo tras la explicación de una unidad didáctica. Vayamos al principio de todo: ¿cuál es la diferencia entre ejercicio, actividad y tarea?
Siguiendo la guía del Centro Nacional de Innovación e Investigación Educativa (CNIIE) encontramos las definiciones:
• El ejercicio es una acción descontextualizada y no referida a la vida real, que el alumno ejercita de forma mecánica. Consiste, por tanto, en: repetir, memorizar y reproducir.
El ejercicio tiene como objetivo el dominio de algún contenido básico y concreto, consiguiéndolo mediante repeticiones mecánicas que buscan afianzar y fijar contenidos.
• La actividad requiere aplicar un proceso mental sencillo para su resolución. Implica: comprensión y toma de decisiones.
Una vez hemos comprobado que el alumnado ha conseguido obtener saberes básicos sobre un tema concreto podemos pasar a realizar actividades. Una actividad es más compleja que un ejercicio porque en ella el alumnado tiene que aplicar diferentes conocimientos y realizar procesos mentales como, por ejemplo, relacionar contenidos básicos.
• La tarea exige necesariamente una puesta en práctica de las competencias, puesto que es un producto relevante, inserto en una práctica social.
Por último, les propondremos las tareas. En ellas los estudiantes han de poner en práctica los distintos recursos que han adquirido anteriormente con los ejercicios y las actividades para dar respuesta a una situación o problema mediante la elaboración de un producto final.
Como puede verse, los tres conceptos implican diferencias a nivel cognitivo.
Aplicación en el aula
Podemos percibir los distintos matices y saber cómo secuenciar adecuadamente los ejercicios, actividades y tareas en torno a un tema con un ejemplo:
Estamos enseñando a la clase qué es la poesía y la rima. Primero, después de las explicaciones, les pediremos que memoricen y copien dos poemas diferentes (ejercicio). Después, pasamos a la actividad y tendrán que distinguir entre textos que son poemas y otros que no lo son. Finalmente, les pediremos que redacten un poema sobre un día de su vida (tarea).
Por Marta Seror
Anterior | Siguiente |
Lo que nos faltaba… ahora llega la Cheapflation | ¿Por qué aparecen nuevas enfermedades infecciosas? |