Educación online forzosa improvisada
Publicado el 20 de Abril de 2020 | Conocimiento

El confinamiento ha transformado la educación, en educación online forzosa improvisada, lo que está suponiendo un desafío para profesores y estudiantes.
Hemos cambiado las aulas por entornos virtuales. Los profesores, presentan clases en Youtube, resuelven dudas en Skype, mandan deberes por Whatsapp y suben las notas al campus virtual.
Esta situación ha supuesto una avalancha de solidaridad docente online. Las redes sociales se han llenado de enlaces a bibliotecas que ofrecen acceso gratuíto a todos sus libros, videotutoriales, podcasts educativos, herramientas y más herramientas.
Los docentes cumplen una labor importantísima en esta situación, que va mucho más allá de “apañárselas para dar todo el temario a distancia”. Los profesores se preocupan por el estado emocional del alumnado y sus familias, de los que no contestan a sus mensajes y de los que ni siquiera tienen recursos para poder hacerlo.
En las clases online es más difícil impartir la materia y hay más interrupciones, muchas veces por problemas con la conexión. Una hora de clase por videollamada apenas cubre el temario de 30 minutos de una clase normal. Algunas asignaturas son más fáciles de explicar, pero otras, como matemáticas, dibujo o física y química son más difíciles de transmitir.
Por todo esto, no hay que olvidar que está bien tener días malos y darse cuenta de que si no estuviéramos viviendo una situación de emergencia que nos está obligando a todos a improvisar, las cosas podrían hacerse mejor.
La educación en infantil y primaria es muy distinta a la educación en secundaria. Los padres de los más pequeños necesitan tareas de calidad que no sean en línea, que casi no requirieran dispositivos y que se expliquen fácilmente. La interacción social que extrañan los niños, está relacionada con dejar de estar físicamente con otras personas, por lo que necesitan juegos educativos con los que aprender durante el confinamiento.
Los cursos de secundaria son más delicados. Los alumnos extrañan la escuela y a sus amigos. Son sociables y necesitan un espacio que ahora no pueden tener. Durante el aislamiento también se aburren y se frustran. Para estos alumnos, en lugar de mandar largas listas de tareas, parece mejor tratar de fortalecer sus competencias para afrontar el aprendizaje en esta situación.
Cada caso es único, pero lo que está claro es que al igual que no existía la vida perfecta antes del aislamiento, tampoco existe la utopía del aprendizaje perfecto durante el mismo. ¡Ánimo docentes!
Por Lucía García
Anterior | Siguiente |
El cuerpo es el reflejo de las emociones y los pensamientos | La profecía de Malthus |