Dinámica para mejorar la escucha activa en el aula
Publicado el 9 de Marzo de 2021 | Conocimiento

Como profesores nos enfrentamos constantemente al reto de mantener la atención de nuestro alumnado. Tratamos de conseguirlo mediante numerosas herramientas de lo más variopintas: explicaciones entretenidas, utilización de imágenes y vídeos, dinámicas cooperativas, preguntas… Cambiando las tornas de estas propuestas, la escucha activa es una estrategia que hace recaer el peso de la responsabilidad en los estudiantes en vez de sobre el docente.
¿Es lo mismo escuchar que oír? La respuesta parece obvia pero no viene mal recordar que, según el diccionario de la Real Academia Española, oír es percibir el sonido con los oídos, mientras que escuchar significa prestar atención a lo que se oye. Ahora sí, cabe preguntarse: nuestro alumnado ¿nos oye o nos escucha?
Las ideas básicas necesarias para escuchar activamente son tres:
1. No solo se escucha con los oídos; también con la postura corporal, los ojos y la mente.
2. Mientras se realiza la escucha es importante no juzgar la información que se está recibiendo.
3. Hay que fijarse en lo que nos dicen, cómo lo dicen y los gestos con que lo expresan.
Seguramente, nuestros estudiantes no conozcan la diferencia entre escuchar y oír, por lo que deberemos realizar una presentación para que se familiaricen con el tema antes de intentar ponerlo en práctica. Proponemos una dinámica por grupos en la que cada miembro del grupo deberá salir a la pizarra y comenzar una historia que contenga, a ser posible, datos y fechas. El resto del grupo escuchará en todo momento, siguiendo las pautas mostradas anteriormente. Cuando termine un compañero, saldrá otro y continuará la historia hasta que haya participado todo el mundo y la historia haya terminado. Después, habrá que demostrar cuánto han escuchado: tendrán que escribir el relato completo en su cuaderno.
¡Llegó el momento de las comprobaciones! Desde lo que contó el primer compañero hasta lo que narró el último… ¿escucha de manera activa vuestro alumnado?
Por Marta Seror
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