Diario de aprendizaje
Publicado el 14 de Junio de 2022 | Conocimiento

Hay cosas que, si echamos la vista atrás, casi todo el mundo hacíamos de pequeños: tener un amigo invisible, o una hucha secreta, no querer comernos la verdura, columpiarnos lo más alto posible... Algunas de estas actividades dejamos de hacerlas con el paso de la niñez a la adolescencia pero, ¿y si una de ellas se pudiera “reciclar” y usar en el aula? Nos referimos a algo que quizá hay quienes sigan haciéndolo en la edad adulta, ¡vamos a escribir un diario!
Nuestro diario era el lugar en el que reflejar los sentimientos, los eventos, los miedos y secretos del día a día. Gracias al hecho de recoger de nuestro puño y letra aquello que nos ocurría teníamos la posibilidad de reflexionar y, tiempo después, volver sobre ello para ser conscientes de cómo nos sentíamos en un momento determinado. Todo lo plasmado nos permitía recordar.
En el caso de la educación formal, el diario de aprendizaje es una herramienta muy valiosa que puede favorecer la competencia básica de ‘aprender a aprender’. Su elaboración enfrenta a los alumnos a la capacidad de exponer qué han aprendido y, sobre todo, cómo lo han aprendido: dificultades, sensaciones o reflexiones.
Existen diferentes maneras y formatos a la hora de realizar un diario de aprendizaje: escrito, digital o pódcast, por ejemplo. Como toda actividad, es necesario seguir unas pautas precisas para que el alumnado tenga claro qué tienen que hacer y cómo. Este factor es imprescindible para que la actividad se desarrolle satisfactoriamente y evitar así que los estudiantes no entiendan cuál es el objetivo y cómo se consigue.
¿Cómo hacer para que esta herramienta tenga éxito en nuestra clase?
En este artículo proponemos comenzar con una estructura básica muy pautada por el docente para, poco a poco, dar más libertad al alumnado según vaya familiarizándose con el proceso de escritura o grabación de un diario. La idea es que las preguntas se dirijan principalmente hacia una reflexión sobre lo que están trabajando y a que piensen si están observando facilidades o no. La propuesta es la siguiente:
Los estudiantes deberán dedicar cada día un apartado para el diario de aprendizaje en sus cuadernos y, al acabar la jornada escolar, responder las siguientes preguntas:
- ¿Qué hemos trabajado hoy?
- ¿Qué es lo que mejor se me ha dado?
- ¿Qué dificultades estoy teniendo?
- ¿En qué materias o temas?
- ¿Qué debería mejorar?
- ¿Cómo puedo mejorarlo?
- ¿Tengo en cuenta mis emociones cuando aprendo?
El uso del diario de aprendizaje aporta diversos beneficios: propicia el autoconocimiento, el desarrollo de la escritura, la capacidad crítica, la organización del trabajo, la responsabilidad y la autonomía.
Y tú, ¿te animas a recuperar tu diario?
Por Marta Seror
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