Cultura de Empresa
Publicado el 6 de Mayo de 2021 | Economía

Cuando hablamos de elementos que forman la cultura de un país, nos referimos a la forma de ser, de comportarse, de actuar o simplemente las costumbres adquiridas por sus habitantes con el paso del tiempo. Del mismo modo, las organizaciones empresariales también intentan implantar su propia cultura entre todos sus miembros.
En una empresa podemos decir que su cultura la forman el conjunto de normas, valores, creencias, pensamientos y formas de actuar compartidas por los miembros de la misma. Simplificando mucho, es una especie de ADN de la empresa que serviría de “hilo conductor” que asegura cierta continuidad.
Cuando entra un trabajador nuevo en la empresa, este deberá conocer y adaptarse a su cultura para no poner en riesgo su puesto de trabajo. Es el trabajador el que debe aceptar y adaptarse a la cultura ya que suele ser algo que permanece por encima de todo.
La cultura empresarial se compone de 3 grandes elementos a definir:
Misión: se trata de la razón de ser de la empresa; se deben responder a preguntas sobre lo que hace, a quién se dirige o cuál es su propuesta de valor que la hace diferente a las demás.
Visión: se deben definir y diseñar las metas de la empresa desde un punto de vista objetivo y realista
Valores: en este caso de define la personalidad de la empresa. Se contestarían a preguntas tales como ¿en qué cree la empresa? o ¿cómo son las personas que forman parte de la misma?
Gracias a la definición de su cultura empresarial, la empresa conseguiría cierta cohesión entre todos sus miembros, y la posibilidad de que estos se identifiquen con ella sintiéndose parte de la misma.
Ejemplos de cultura empresarial hay muchas; por citar algunas tenemos:
Culturas autoritarias, son empresas en las que el poder se concentra en las partes más altas del organigrama si posibilidad de que muchos miembros de la organización aporten sus ideas.
Culturas burocráticas, se caracterizan por la normalización de todos los procesos que provoca estructuras rígidas y lentas en la toma de decisiones
Culturas que priman los objetivos, enfocadas a ser muy competitivas para conseguirlos a toda costa.
Culturas que promueven la motivación, tienen a sus trabajadores en su punto de mira. Consideran que trabajadores felices son capaces de rendir más y obtener alta productividad, por lo que buscarán siempre satisfacer sus necesidades.
Sea cual sea la cultura que implante la empresa, todas ellas tienen en común por definición cierto grado de permanencia e inmovilismo, aunque lo cierto es que son ser algo vivo susceptible de revisarse y mejorarse con el paso del tiempo.
Por José Ángel Navarro Martínez
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