¿Cómo sobrevive un oso pardo mientras hiberna?
Publicado el 1 de Octubre de 2018 | Biología y Geología

El oso pardo es un mamífero terrestre salvaje de gran tamaño, aunque su peso exacto oscila según la variante geográfica llegando a pesar unos 700kg el oso pardo americano mientras que los osos pardos europeos, significativamente más pequeños, están entorno a los 130kg. Aun así, incluso los de menor tamaño necesitan una considerable cantidad de alimento y agua para vivir y poder mantener su temperatura corporal dentro de unos valores concretos. Esto, que normalmente es una tarea bastante sencilla gracias al suministro continuo de energía a partir de la dieta omnívora que tienen (dentro de la cual hay desde salmón a raíces, bayas, miel o frutos carnosos), se convierte en un desafío metabólico durante los meses de invierno cuando los osos pardos detienen toda su actividad y entran en hibernación, ¿cómo sobreviven?
Las grasas son prácticamente la única fuente de energía utilizada por las aves migratorias y los animales en hibernación, así que si el oso pardo ha acumulado suficiente grasa antes de ponerse a hibernar entonces el problema energético está resuelto. Para ello el oso pardo desarrolla dos estrategias: la primera es que su consumo energético medio durante la hibernación es de unas 25000 kJ/día (unas 6000kcal/día) frente a los 38.000 kJ/día que consume durante el final de la primavera y el verano. Así que hibernando el oso está en modo ahorro. La segunda es que cuando se acerca el invierno el oso se pone a comer muchísimo llegando a alimentarse durante 20 horas al día y consumiendo hasta 84.000 kJ/día. Esto le permite acumular una buena reserva energética en forma de grasa.
Pero otro problema al que deben enfrentarse los osos pardos en hibernación es mantener su temperatura corporal ya que, a diferencia de la mayoría de especies hibernantes, estos animales mantienen una temperatura corporal de 32-35℃ que es bastante cercana a su temperatura corporal cuando no están hibernando. Aparte de construir un refugio donde mantenerse resguardados durante la hibernación, los osos consiguen mantener estas temperaturas corporales gracias a que la oxidación metabólica de las grasas les proporciona suficiente energía para ello.
Y por último, otro problema importante es la hidratación ya que los osos obviamente no beben mientras están invernado y sin embargo pierden agua por la respiración. Para solucionar este problema la grasa acumulada vuelve a ser la respuesta ya que la oxidación de las grasas también libera grandes cantidades de agua, y además las posibles pérdidas de agua también se limitan lo máximo posible porque el animal ni orina ni defeca durante toda la hibernación.
Referencia: • “Lehninger. Principios de Bioquímica”. Cuarta edición (2006).
Por Pablo Barrecheguren
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