Cómo leer en verano sin que parezca deberes
Publicado el 24 de Julio de 2025 | Conocimiento

El verano es una temporada de descanso muy esperada por todos, un momento para desconectar de las obligaciones escolares y disfrutar del tiempo libre. Sin embargo, el cese de las actividades puede afectar ciertos hábitos importantes como la lectura. Mantener el vínculo con los libros durante las vacaciones es clave para evitar retrocesos en la comprensión lectora, además de para seguir fomentando el placer por la lectura y el desarrollo de habilidades cognitivas. ¿Cómo lograr que niños y adolescentes lean en verano sin que esto se convierta en una obligación?
Fomentar la lectura durante el verano no debe implicar presión ni estructuras escolares rígidas. Si los chicos y chicas asocian los libros con momentos de placer y disfrute, será mucho más probable que mantengan el hábito de leer por elección propia y no por obligación. El objetivo final es que lean por gusto y que los libros representen un aliado en su crecimiento personal y académico.
A continuación, presentamos algunas ideas y actividades que fortalecen el hábito lector, favorecen la expresión oral y escrita, y crean una comunidad alrededor de los libros:
1. Es fundamental cambiar la percepción de la lectura como una tarea o un deber impuesto. En lugar de asignar tiempos rígidos o textos que no resulten atractivos, se recomienda ofrecer libertad para elegir el tipo de lectura que más les interese. Esto puede incluir desde novelas gráficas y cómics hasta revistas, cuentos cortos, libros interactivos o audiolibros. Lo importante es que disfruten del contenido y lo relacionen con un momento de entretenimiento. La variedad en las opciones puede despertar su curiosidad y mantener su interés activo.
2. Crear un ambiente relajado y agradable para leer también marca la diferencia. No hace falta sentarse en un escritorio para leer. Puede ser en un jardín, en un parque o en la playa, o incluso antes de dormir.
3. Incluir la lectura como parte de la rutina familiar puede potenciar aún más este hábito. Por ejemplo, padres y madres pueden leer junto a sus hijos, compartir libros o comentar lo que están leyendo para generar un espacio de intercambio y diálogo en torno a las historias.
4. Otra estrategia muy efectiva es organizar retos o desafíos de lectura. Estos pueden ser sencillos y divertidos, como “lee un libro que tenga un animal en la portada” o “lee durante 20 minutos cinco días consecutivos”. Estos pequeños juegos aportan motivación sin que sientan presión.
5. Visitar bibliotecas, ferias del libro o librerías puede resultar una experiencia divertida y social. Muchas bibliotecas públicas ofrecen actividades especiales durante el verano para fomentar la lectura de forma lúdica como cuentacuentos, clubes de lectura, talleres creativos o juegos relacionados con libros.
¿Alguna vez has tenido un “pasaporte lector”? Anímate a comenzar un diario o libreta de lecturas donde ir sellando cada libro o historia completada. Puedes además compartirla con familiares o amistades para que cada integrante intervenga y comente qué libro leyó, qué le gustó y a quién se lo recomendaría.
Por Marta Seror
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