Un amigo invisible para crear comunidad
Publicado el 28 de Noviembre de 2023 | Conocimiento

En la temporada navideña, más que en cualquier otro periodo, es acertado crear un ambiente cálido y colaborativo en el aula. ¿Por qué no hacerlo mediante una herramienta bien conocida con la que, además, se fortalezca la comunidad educativa? Una forma divertida y efectiva de lograrlo es a través del tradicional intercambio de regalos del "amigo invisible". Este sencillo juego no solo introduce una alegría festiva sino que también fortalece los lazos entre estudiantes y fomenta un sentido de comunidad. ¿Quieres saber cómo aplicarlo en clase?
El juego del amigo invisible ofrece a los docentes una oportunidad única para trabajar conceptos como la inclusión y la creatividad, así como para promover la amistad y la empatía entre el alumnado. Al asignarse al azar los compañeros de intercambio, pueden romperse barreras sociales y de esta manera permitir que los estudiantes interactúen con gente con la que normalmente no tienen contacto. Este enfoque inclusivo ayuda a construir un ambiente escolar más unido y solidario.
Además, el juego ofrece un espacio óptimo para desarrollar habilidades sociales y emocionales. Los estudiantes aprenden a crear regalos considerados, pensando en los gustos y preferencias de su amigo/a secreto/a. Este acto de generosidad promueve la empatía y enseña la importancia de comprender las necesidades y deseos de los demás. El intercambio de regalos también estimula la creatividad ya que los estudiantes se inspiran para crear o elegir un regalo que refleje la personalidad de su amigo/a invisible. Este proceso no solo impulsa el pensamiento original sino que también fomenta la expresión individual y la apreciación de las diferencias.
Como veremos a continuación, el juego del amigo invisible también puede incorporar elementos educativos.
Aplicación en el aula
Ya se ha comentado que esta actividad fomenta la inclusión, desarrolla habilidades sociales y emocionales, y estimula la creatividad. Sumado a esos factores, se encuentra la facilidad de que puede integrarse de manera efectiva en el plan de estudios.
Por ejemplo, los docentes pueden asignar temas específicos para los regalos relacionados con el plan de estudios, promoviendo así la conexión entre el juego y el aprendizaje en el aula. Otra opción puede ser que las parejas, en vez de asignarse al azar, se elijan cuidadosamente para hacer coincidir a estudiantes con una motivación particular.
¿Y si, además de todo lo indicado, también se ejercitara la paciencia hasta resolver la actividad y obtener tu regalo o la capacidad de guardar un secreto? ¡Eso sí que es un reto difícil!
Al adoptar esta práctica en el aula, los/as profesores/as pueden contribuir a crear un ambiente escolar enriquecedor y positivo que signifique algo más que una tradición divertida, y que perdurará más allá de la temporada navideña.
Por Marta Seror
Anterior | Siguiente |
Midiendo la Velocidad de la Luz con un Microondas y una tableta de chocolate | Aventuras polarizadas: Explorando la luz en el Aula |