¿Por qué no?, ¿Por qué sí?

Publicado el 28 de Sepetiembre de 2023 | Sanidad

Hace poco comentando con un amigo, de esos que no se quedan en lo superficial de la noticia y buscan un por qué a las cosas, hablábamos de la agresión de un menor a un grupo de adultos y enlazamos con el aumento de las agresiones de los menores y no tan menores hacia ellos mismos, la pregunta fue simple a la vez que profunda y difícil de contestar: ¿y por qué?, previo a un: ¿y por qué no? seguido de: ¿y por qué sí? preguntas simples, pero de difícil respuesta, muy cerradas, tanto como pueden ser las mentes de esas personas que sin saber por qué sí o por qué no, deciden terminar con su vida o con la de otros.

¿Qué nos está ocurriendo, tan malo es este primer mundo donde vivimos para querer dejar de existir?, la vida no es un juego, con la muerte no se juega, cada vida es única e irrepetible, no tenemos bonus track pero si el poder inmenso de querer seguir viviendo y desear no hacerlo, pues nuestra mente es tan grandiosa que si quiere puede hacer convencer al cuerpo de no querer seguir viviendo, y éste hacerle caso o bien desarrollando enfermedades autoinmunes que terminen con este “sufrimiento de vivir” o autolesionándose hasta perder el mayor regalo que nos han hecho de manera gratuita qué es la vida.

Dicen que se puede cambiar la vida si se cambian los pensamientos, como dijo Wayne Dyer: “Lo que pensamos determina lo que nos sucede, por lo que, si queremos cambiar nuestras vidas, necesitamos estirar nuestras mentes” o que “La mayoría de nosotros seremos tan felices como lo ordene nuestra mente” (Abraham Lincoln), y yo añadiría “o tan desgraciados como lo ordene” y así es lo que está ocurriendo hoy en día, la mente nos ordena ser desgraciados, infelices, desdichados, inútiles…y esto nos está llevando a un incremento de los casos de suicidio de manera exponencial en los últimos años.

Ya en 1986, la Organización Mundial de la Salud (OMS) definió el suicidio como “un acto con resultado letal, deliberadamente iniciado y realizado por el sujeto, sabiendo o esperando su resultado letal y a través del cual pretende obtener los cambios deseados”. Hoy en día se considera un problema mundial de Salud Pública, con una media de 1 suicidio cada 40 segundo, escalofriante. En mayo de 2022 el Ministerio de Sanidad puso en marcha el teléfono 024 'Llama a la vida' contra las conductas suicidas. Una línea gratuita, 24 horas gestionada por la Cruz Roja y que durante su primera semana llegó a alcanzar 800 llamadas al día, así como un total de 135.124 en su primer año

Actualmente sabemos que el suicidio es prevenible, multicausal, ligado a factores culturales, sociales, económicos… un tabú́ social, y resulta estigmatizado.

Hay que hablar claramente sobre él, ya que de esta forma se puede conducir a prevenirlo y evitarlo, no siendo algo que esté vinculado a la cobardía o valentía sino a la desesperanza.

Cada vez más adolescentes, si su máximo problema en este momento de su vida es gestionar el tiempo para disfrutarlo lo máximo posible, como mucho con la obligación de estudiar algún ratito y ayudar en casa para no tener el rol de “ocupa”, en definitiva, VIVIR, sin cargos profesionales, sentimentales o económicos, lamentablemente se perfilan como seres depresivos, con ansiedad.

En la adolescencia los jóvenes están expuestos a cambios biológicos, cognitivos y emocionales que resultan desafiantes, y que, si no se abordan de la manera correcta, pueden generar problemas de salud mental con final no feliz, impredecible e irracional.

Un artículo publicado por la National Library of Medicine, indica que uno de los principales factores de riesgo para la salud mental de los adolescentes es el entorno, las relaciones sociales y las dificultades familiares. Abusos, conflictos constantes, estrés, negligencias… pueden conducir a sentimientos de ira, tristeza, rabia, ansiedad.

Cuando el adolescente tiene dificultad para comunicarse, piensa que nadie le comprende y tiende a aislarse, aumentan los niveles de cortisol u hormona del estrés y como nos dice Marian Rojas, el exceso de cortisol nos puede llevar a tomar malas decisiones, pues cuando estamos intoxicados de cortisol la mente es controlada por la amígdala que se relaciona con el centro del miedo. La zona prefrontal que es la que detecta lo que está bien o mal, se desactiva y respondemos en base a impulsos, sin pensar y a cometer actos sin sentido como quitarnos la vida.

Todo un mundo, la psique y su comportamiento, difícil de explicar en unas breves palabras, por qué sí o por qué no, sobre todo a los que somos legos en estos temas, pero que quizás los hemos vivido o nos han tocado de cerca, pero sin duda y en palabras de Edmund Spencer: “Solamente en la mente está lo que te hace rico o pobre, feliz o triste”.

Tú decides, no te dejes intoxicar de cortisol, por nada ni por nadie.

Sugerencias al profesorado:

1. Se puede trabajar el artículo en unidades de endocrino y psicología, prevención de problemas de salud.

2. Se puede trabajar con la Guía de prevención en intervención de la conducta suicida en el ámbito educativo de la Junta de Extremadura:

3. Recursos y documentos de interés para la prevención y abordaje de la conducta suicida