Por qué el refuerzo positivo es una mala estrategia de gestión del aula
Publicado el 22 de Octubre de 2019 | Conocimiento

El refuerzo positivo a través de la descripción de las buenas conductas es una estrategia muy común, y lo ha sido durante décadas. Su funcionamiento es simple. Después de iniciar una tarea, el docente describe en voz alta los comportamientos positivos que ve: "Silvia está escuchando y lista para aprender" o "La mesa cuatro está sentada en silencio".
El propósito del refuerzo positivo es triple. Primero, actúa como un recordatorio para los estudiantes. Escuchan lo que deberían estar haciendo mientras lo hacen. A continuación, se les entrega un modelo a seguir en el alumno o grupo destacado por el profesor. Finalmente, al señalar por nombre a individuos y grupos que hacen lo que se les pide, alienta a otros a hacer lo mismo.
Es una estrategia fácil de usar que puede mejorar el comportamiento en este momento. Pero también tiene aspectos negativos como los indicados por el profesor Michael Linsin en su blog Smart Classroom Management y que repasamos a continuación.
1. No es exactamente un elogio.
Aunque simplemente estés expresando lo que ves, sin juzgar, en realidad se elogia a los estudiantes por el comportamiento esperado y baja el listón de lo que es verdaderamente digno de elogio.
2. Ignora el mal comportamiento.
En lugar de responsabilizar a los estudiantes que no cumplen las expectativas, la idea es atraerlos a comportarse mejor a través de la promesa de reconocimiento, lo cual derivará en un falso elogio.
3. Debilita las habilidades de escucha.
Si sus alumnos saben que les recordará lo que necesitan hacer, entonces no hay razón para escuchar atentamente sus instrucciones iniciales.
4. Disminuye con el tiempo.
Al principio, los estudiantes pueden sentirse bien porque su trabajo sea reconocido en frente de la clase. Pero debido a que no se basa en logros reales, rápidamente pierde su atractivo y en poco tiempo, su narración será ignorada también.
5. Hace que los estudiantes dependan de ti.
Se recuerda a los estudiantes lo que tienen que hacer en las tareas más simples. Por lo tanto, sufrirán cuando se les pide que hagan algo por su cuenta, especialmente en trabajos académicos más complejos.
6. Les dice que no pueden hacerlo.
Visto desde la perspectiva de un estudiante, el mensaje principal que recibe un estudiante al que su profesor/a están recordando todo es que su educador cree que no puede hacerlo por sí mismo.
En definitiva, no importa el nivel educativo, siempre que se proporcionen unas instrucciones detalladas, los estudiantes podrán hacer sus tareas sin ayuda adicional. Recordar constantemente lo que tienen que hacer y cómo lo tienen que hacer obstaculiza el desarrollo de su madurez e independencia, creando personas débiles con miedo al fracaso. Por el contrario, para fomentar estudiantes independientes y fuertes mentalmente, debes exigirles mayor responsabilidad.
Por Manuel Caro
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