La teoría Z
Publicado el 23 de Agosto de 2018 | Economía

La crisis industrial de los años 70 provocó importantes pérdidas de productividad en las empresas americanas que no se produjeron en las japonesas. Es en este contexto en el que el americano de padres japoneses William Ouchi formula en los años 80 una interesante teoría relativa a la gestión organizativa de las empresas japonesas. Encontró que la clave del su éxito estaba en la relación entre jefes y empleados.
La teoría Z supone una nueva cultura de empresa basada en el modelo de organización de las empresas japonesas, para su posterior aplicación en occidente. La idea principal de Ouchi es que un trabajador integrado en la empresa y que esté totalmente satisfecho con ésta, será mucho más productivo y tendrá una motivación fuerte y auténtica para esforzarse al máximo en el trabajo.
Los tres principales valores de esta nueva cultura “Z” de empresa serían los siguientes:
1. Confianza. El jefe deberá confiar en que el empleado realice su trabajo de la mejor manera posible. Si el trabajador percibe que se ha depositado confianza en él, se esforzará de manera natural en cumplir las expectativas.
2. Trato íntimo. Ouchi asume que no se puede separar la vida personal de la laboral. Si esto es así, las relaciones humanas entre jefes y empleados serán más estrechas y los jefes podrán satisfacer mejor las necesidades de los empleados. La productividad aumenta si el jefe se preocupa por la vida personal del empleado; metas, logros o frustraciones.
3. Sutileza en las relaciones. Cuidar el trato personal y hacer que sea del todo individual. Cada persona es diferente, por lo que el superior deberá adecuar su forma de comportarse al trabajador con el que trata. Es importante humanizar a la empresa y crear un buen ambiente de trabajo. Se debe prestar atención también a la incorporación de nuevos empleados y fomentar una buena acogida.
Estos tres principios o valores principales de la nueva cultura “Z” se traducen en una serie de comportamientos concretos en la empresa japonesa:
Ascensos. Se producen de modo lento y progresivo mediante promociones internas que sirvan de motivación para los demás. Es frecuente que los directivos hayan pasado por distintas áreas funcionales de la organización, así como por distintas delegaciones en el extranjero para que adquieran una visión de conjunto.
Fidelidad: Las empresas tienden a garantizar el empleo estable de por vida al empleado de modo que éste se sienta seguro y aumente el compromiso con la empresa.
Responsabilidad: . Se confía enormemente en la capacidad de aprendizaje del trabajador, por lo que se buscan empleados que demuestren otras actitudes que es más difícil aprender: responsabilidad, seriedad, compañerismo y respeto. Se fomenta el trabajo en equipo y las relaciones personales de modo que la responsabilidad de los éxitos o fracasos es colectiva y la toma de decisiones se hace en grupo.
Pertenencia: la empresa debe fomentar en los empleados el sentido de pertenencia de éstos hacia la empresa. Si el trabajador se siente orgulloso y parte de la estructura de la empresa, seguramente intentará dar todo de sí mismo para alcanzar los objetivos empresariales.
Lo cierto es que el modelo de organización occidental y asiático es todavía muy distinto, aunque algunas grandes compañías occidentales como IBM o Hewlett Packard aplican ya algunos de los postulados de la teoría Z. Vistos los resultados… quizá debiéramos aprender aquí un poco más del modelo japonés.
Por José Ángel Navarro Martínez
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