La letal bioquímica del monóxido de carbono
Publicado el 14 de Diciembre de 2021 | Biología y Geología

En biología pequeñas diferencias pueden ser lo que separa la vida de la muerte, la diferencia entre un gas como el dióxido de carbono (CO2) y el monóxido de carbono (CO), siendo este último uno de los más peligrosos que podemos encontrar.
La diferencia molecular entre ambos es que el dióxido de carbono tiene un átomo más de oxígeno, lo cual genera un cambio potencialmente letal. En nuestro cuerpo el CO2 es un gas residual producto de la respiración celular, y por ello continuamente estamos expirándolo con cada respiración de nuestros pulmones. El CO2 va del interior de nuestras células a los pulmones a través de la sangre, siendo la mayor parte de él (80-90%) transportado directamente disuelto mientras que aproximadamente un 10% está unido a la hemoglobina. Así que este gas no tiene una gran afinidad por unirse a la hemoglobina, la cual funciona principalmente como un transportador del oxígeno que necesitamos para vivir. Y aquí está la gran diferencia con el monóxido de carbono.
Para que nuestras células dispongan de energía necesitan realizar la respiración celular, la cual a nivel de gases requiere consumir oxígeno y producir CO2. El oxígeno es vital y se reparte por el cuerpo a través de la sangre, siendo transportado en sangre por la hemoglobina que se encuentra dentro de los glóbulos rojos. La letalidad del monóxido de carbono estriba en que este gas tiene una afinidad por la hemoglobina unas 250 veces superior a la del oxígeno; esto implica que en presencia de ambos gases, el que tiene prioridad para unirse a la hemoglobina es el CO, y por mucho oxígeno que haya en el ambiente, sin hemoglobina para captarlo y transportarlo es como si no hubiera oxígeno.
El monóxido de carbono nos asfixia a nivel molecular. Por suerte, pocos procesos naturales generan este gas así que casi toda su presencia se debe a la actividad humana, por eso sus niveles son más altos en las ciudades que en el campo. Aun así, los niveles en general son bajísimos pero es muy importante tener cuidado con algunos aparatos que emiten CO ya que suelen ser la fuente de accidentes (solo en Estados Unidos se registran cerca de 4000 fallecimientos por inhalación accidental o voluntaria de este gas). Y gran parte de su peligro reside en que es un gas incoloro, inodoro y que la recuperación de su inhalación no es inmediata: se tarda de 2-6´5 horas en reducir a la mitad la cantidad de hemoglobina a la cual se le ha unido el monóxido de carbono. Por este motivo, a la gente intoxicada se le suele dar inmediatamente para que respire oxígeno a presión, ya que esto puede hacer que la recuperación sea hasta cuatro veces más rápida.
Por Pablo Barrecheguren
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