La asamblea en el aula: una herramienta para dar voz al alumnado
Publicado el 30 de Mayo de 2024 | Conocimiento

Una asamblea es, según la Real Academia Española, una reunión de los miembros de una colectividad para discutir cuestiones de interés común y, en su caso, adoptar decisiones. Ya que en el aula la asamblea de estudiantes está reunida de por sí… ¿por qué no poner en práctica esta propuesta? Enseñar a tu alumnado a llevar a cabo asambleas de manera respetuosa les ayudará a convertirse en ciudadanos responsables y comprometidos. Esta actividad puede desarrollarse en cualquier nivel educativo y ofrece múltiples beneficios tanto para el alumnado como para el profesorado. A continuación exploramos algunos de los beneficios de las asambleas y algunas pautas para su aplicación.
La asamblea es una herramienta óptima para fomentar la participación activa y democrática de los estudiantes. El espacio de la asamblea permite que todo el mundo exprese sus opiniones y preocupaciones, brinda al alumnado la oportunidad de sentirse escuchados y valorados, lo cual favorece su confianza en sí mismos. También es una forma de enseñarles los conceptos básicos de la democracia y la importancia del respeto a las opiniones ajenas.
En el proceso de la actividad, los estudiantes pueden aprender a tomar decisiones de manera colectiva y justa, lo cual facilitará la resolución de conflictos ya que, en el camino, aprenden a manejar desacuerdos y a encontrar soluciones consensuadas. Además, desarrollarán habilidades comunicativas hablando en público, argumentando sus ideas y escuchando a los demás.
Aplicación en el aula
Es importante dedicar tiempo a enseñar a los estudiantes cómo participar adecuadamente en una asamblea. Para que sea efectiva, es fundamental que acuerden, comprendan y respeten un conjunto de normas básicas entre el grupo y que las asuman como propias. Asimismo, definir y asignar roles específicos puede ayudar a estructurar la asamblea y a asegurar su buen funcionamiento.
1. Presenta el concepto: explica al alumnado qué es una asamblea y cuál es su propósito. Puedes utilizar ejemplos como la Asamblea General de las Naciones Unidas o la Asamblea de Madrid).
2. Crea un reglamento: colabora con el grupo para establecer un listado de normas y roles. Estas normas pueden incluir respetar el turno de palabra, escuchar sin interrumpir y mantener un lenguaje respetuoso. Algunos roles pueden ser:
- Moderador/a: persona encargada de dirigir la asamblea, de asegurarse de que todo el mundo tenga la oportunidad de hablar y de que se respeten las normas.
- Secretario/a: persona que toma nota de los temas discutidos y de las decisiones alcanzadas durante la asamblea.
- Portavoz: persona que representa las decisiones del grupo ante otros grupos.
Si todos realizan en algún momento cada rol, conocerán mejor sus funciones y podrán desarrollar la empatía hacia otros compañeros cuando sean ellos quienes asuman un rol concreto.
3. Al finalizar cada asamblea, realiza una evaluación conjunta sobre cómo ha funcionado, qué se puede mejorar y qué ha salido bien o mal. También se puede marcar la fecha de la próxima actividad en un calendario o planificar asambleas periódicas.
¡Os animamos a adoptar esta práctica y a disfrutar de los numerosos beneficios que aporta al ambiente educativo!
Por Marta Seror
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