Insulina en pastillas: el fin de la inyección de la diabetes
Publicado el 30 de Octubre de 2019 | Sanidad

La diabetes, esa gran conocida y desconocida a su vez, es la enfermedad en la que hay un alto nivel de azúcar en sangre debido a la incapacidad del cuerpo para producir o usar la insulina, que es la hormona encargada de transformar los azúcares en energía.
A los niños y adultos jóvenes se les suele diagnosticar de diabetes tipo 1, donde el cuerpo no produce insulina. Por el contrario, si el organismo fabrica insulina, pero no puede utilizarla hablamos de la diabetes tipo 2.
Las personas con diabetes tipo 1 necesitan administrarse insulina mediante inyección subcutánea y las de tipo 2 suelen tratarse con antidiabéticos orales, alimentación adecuada y ejercicio, aunque pueden llegar a tener que pincharse.
Existen otros tipos de diabetes como la MODY, (Maturity-Onset Diabetes of the Young) o diabetes del adulto de inicio juvenil, que consiste en una alteración de la capacidad del páncreas para generar insulina.
La diabetes tipo LADA, donde el sistema inmunológico del paciente ataca a las células que producen insulina en el páncreas de forma paulatina, y no podemos olvidar la diabetes gestacional, similar a la diabetes tipo 2 en embarazadas.
Sea cual sea el tipo de diabetes, afecta a millones de personas en el mundo y la mayoría deben controlar sus niveles de azúcar en sangre a través de inyecciones de insulina, método invasivo que ocasiona malestar y dolor en estos pacientes.
La insulina pretende imitar la función del páncreas, órgano que segrega de manera continua insulina para que las células del organismo puedan captar los azúcares de la sangre y transformarlos en energía.
El problema que nos encontramos es que cuando tenemos que administrar esa insulina no podemos hacerlo vía oral, pues los jugos gástricos la destruyen, por tanto hay que pincharla o buscar la manera de administrarla por vía oral sin que sea destruida en el estómago, y esto es lo que investigadores han desarrollado a través de la creación de una cápsula del tamaño de una pasa que transporta la insulina y que evitará los miles de pinchazos que un paciente diabético tiene que darse a lo largo de la vida.
Esta cápsula se administra vía oral, va recubierta de una sustancia que no se destruye por los jugos gástricos y puede llegar al intestino delgado intacta donde se abre, dando lugar a unas microagujas solubles que se unen a la pared intestinal liberando la insulina.
El diseño de la cápsula está pensado para que se dirija al estómago, independientemente de los movimientos que pueda sufrir, pues está preparada para reorientarse automáticamente. Las microagujas se disuelven en aproximadamente una hora liberando la insulina al torrente sanguíneo, pero según el estudio se puede ajustar la velocidad de las dosis.
La investigación se ha llevado a cabo en cerdos que estaban en ayuno, con cápsulas que pueden contener la dosis de insulina administrada mediante inyección, de 0,3 mg a 5 mg de insulina que es la dosis que los pacientes se suelen inyectar.
Aunque aún está en estudio, es una luz de esperanza para aquellos pacientes que deben perforar su piel a diario para tratar su enfermedad.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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