El wolframio se descubrió más cerca de lo que piensas
Publicado el 15 de Octubre de 2018 | Física y Química

Hace más de 200 años de su descubrimiento y todavía es un elemento con presencia más que notable en la investigación física y química. El wolframio o tungsteno se aisló por primera vez en un pequeño pueblo del País Vasco: los hermanos Juan José y Fausto Elhuyar Etxenike lo descubrieron en 1783 en el laboratorio del Real Seminario de Vergara, en Guipúzcoa. Tras el arduo trabajo que derivó en el hallazgo de este nuevo elemento químico, hubo que nombrarlo: wolframio, por el mineral del que lo sacaron, o tungsteno, por la piedra pesada que fue la materia prima de la que se sacó su cal.
Se trata de un elemento metálico que ha resultado decisivo en el avance de la ciencia moderna y de la tecnología. Sus utilidades son innumerables y sus propiedades muy relevantes en diferentes campos como el industrial o el armamentístico. Es el material con el que se fabrican los filamentos de las bombillas incandescentes por su resistencia al calor y tiene gran importancia para el desarrollo de la fusión nuclear como una fuente de energía viable. Se publican 4000 artículos científicos al año sobre él o sus compuestos y, aunque escasea en la actualidad, se encuentra en la lista de productos más codiciados desde la Segunda Guerra Mundial por sus aplicaciones.
Juan José y Fausto Elhuyar hallaron este elemento químico cuando solo se conocían 24 de los que, a día de hoy, engrosan una lista compuesta por 118 materiales en la tabla periódica. En el descubrimiento de todos los elementos han participado solo 13 países; además del wolframio, se asigna España el descubrimiento del vanadio y del platino, hallado en 1735 en la actual Colombia.
El aislamiento del elemento comenzó a fraguarse en la estancia de Juan José en Uppsala (Suecia), lugar en el que aprendió las técnicas de laboratorio necesarias con uno de los químicos más influyentes de su tiempo. Fue allí donde conoció el 'tung sten' y tuvo la intuición de que podría haber algún elemento hasta entonces desconocido en esa piedra pesada que era el volfram. Hubo varias circunstancias importantes que desembocaron en aquel acontecimiento científico, por ejemplo, el buen equipamiento de los laboratorios del Seminario y los científicos de prestigio que se movían en aquel ambiente intelectual.
"Este metal presenta varias propiedades que lo distinguen de todos los demás que se conocen", resaltaban los hermanos Elhuyar. Esta labor científica se llevó a cabo en las instalaciones del Real Seminario de Vergara, por aquel entonces perteneciente a una de las cuatro universidades del país. La región del norte de España ha sido, por lo tanto, uno de los lugares fundamentales en el devenir de la física que han contribuido al progreso del ser humano.
Por Marta Seror
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