Convivencia restaurativa en las aulas
Publicado el 20 de Junio de 2024 | Conocimiento

En el ámbito del derecho, la justicia restaurativa (también llamada justicia reparadora o compasiva) busca, en lugar de centrarse en el castigo, reparar el daño causado y restaurar las relaciones. En la línea de este concepto, la convivencia restaurativa en las escuelas es un enfoque que ha cobrado bastante relevancia en los últimos años debido a su gran capacidad para mejorar el ambiente escolar y fomentar relaciones saludables entre los estudiantes y el personal educativo. Al centrarse en la reparación del daño, este modelo puede reducir conflictos y preparar a los jóvenes para ser ciudadanos más responsables y empáticos de cara al futuro.
La convivencia restaurativa en el ámbito educativo se basa en la importancia de las relaciones interpersonales. Una clase restaurativa es aquella en la que las conexiones entre los estudiantes y entre estos y sus profesores son prioritarias. Cuando estas relaciones son sólidas, el alumnado se siente más seguro y motivado para aprender, y los conflictos se reducen significativamente. En su libro sobre prácticas restaurativas, Belinda Hopkins resalta que un entorno donde los estudiantes se sienten valorados y escuchados contribuye enormemente al éxito académico y al bienestar emocional.
Los beneficios de esta práctica son numerosos:
• Mejora el ambiente escolar, creando un espacio donde el alumnado se siente seguro y valorado.
• Fomenta la responsabilidad personal y colectiva, ya que los estudiantes aprenden a reconocer el impacto de sus acciones y a tomar medidas para repararlo.
• Ayuda a desarrollar habilidades socioemocionales al enfocarse en las necesidades emocionales y relacionales de los estudiantes.
Aplicación en el aula
La convivencia restaurativa no es una solución de último recurso, sino que debe considerarse como una filosofía integral que permea todas las actividades escolares. Para que sea efectiva, es importante que toda la comunidad educativa adopte una cultura y una ética restaurativa. Esto implica un cambio de mentalidad en docentes y personal directivo, quienes deben estar dispuestos a ver los conflictos y los errores de comportamiento no como fallos a castigar sino como oportunidades de aprendizaje y crecimiento.
Una de las herramientas más útiles en este enfoque son los llamados “círculos restaurativos”, reuniones que permiten que todos los miembros de la comunidad escolar expresen sus puntos de vista, compartan sus sentimientos y necesidades, y trabajen juntos para encontrar soluciones que beneficien a todo el mundo. Los círculos pueden servir tanto de manera proactiva para fortalecer las relaciones y la cohesión grupal como de manera reactiva para abordar y resolver conflictos.
Adentrarse en la convivencia restaurativa requiere de compromiso y formación. Conviene que los profesores conozcan de antemano técnicas de mediación y de resolución de conflictos, y deben estar dispuestos a adoptar una actitud empática y comprensiva. Asimismo, el centro educativo en su conjunto se compromete a crear un ambiente de respeto y colaboración donde todo el mundo se sienta responsable del bienestar común.
Por Marta Seror
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