Aumento de la infertilidad masculina
Publicado el 14 de Marzo de 2019 | Biología y Geología

España está registrando la tasa de natalidad más baja en los últimos años, por motivos socioeconómicos principalmente. Pero hay un acontecimiento que ayuda a esta baja natalidad y es la gran cantidad de problemas de fertilidad encontrados tanto en mujeres como en hombres.
Teniendo en cuenta que la infertilidad femenina contribuye de manera importante a estos datos, se han desarrollado de manera significativa los tratamientos de fertilidad de la mujer, pero no se ha trabajado tanto en la infertilidad masculina, creciendo esta última en nueve puntos en los últimos 10 años. El descenso de la calidad del semen y un incremento de la infertilidad, es uno de los problemas más importantes a tratar actualmente en este campo.
La concentración espermática en hombres occidentales ha disminuido hasta la mitad, en los últimos 30 años, y está cayendo a un ritmo de 1,4% al año.
La calidad del semen se puede medir contando la cantidad de espermatozoides con buena movilidad, considerando infertilidad cuando sólo hay aproximadamente unos 15 millones de espermatozoides por ml de semen, de tal forma que los hombres que tienen más de 15 millones de espermatozoides por mililitro, en principio no necesitan un tratamiento de fertilidad, los que tienen entre 5 y 15 millones por ml estarían en riesgo de requerir tratamiento de fertilidad menor, como la inseminación artificial y los que tienen entre cero y 5 millones pueden precisar de una fecundación in vitro.
El que la cifras de espermatozoides sean bajas, nos puede indicar que el testículo está funcionando mal y por consecuencia hay un problema a la hora de fecundar, pero no sólo eso, sino que también puede haber riesgos potenciales para el recién nacido, e incluso padecer cáncer de testículo.
¿Y cuáles son las posibles causas de esta disminución en el número de espermatozoides? Como para muchos problemas de salud, el estrés, la obesidad, el tabaco, las drogas, las altas temperaturas, la contaminación ambiental, a la que está expuesta el adulto, y la que afecta a la madre durante el embarazo, que hace que se produzca una alteración en el desarrollo de los testículos del feto.
Productos químicos, como el El DEHP, que se añade a los plásticos para hacerlos más flexibles y que se encuentra en los vinilos, en muebles, cortinas de baño, mangueras, manteles, alfombras, ropa impermeable, zapatos, juguetes, incluso en limpiadores del hogar y el bifenilo policlorado 153, presente en la atmósfera, en el agua, en el suelo y los alimentos debido a la contaminación ambiental.
Una investigación ha revelado una correlación negativa entre el exceso de ejercicio físico y la salud reproductiva de los hombres, pues supone un deterioro de la calidad del semen.
Si el volumen y la intensidad del entrenamiento es alto, los espermatozoides tienen menos velocidad y morfología y defectos en el ADN aunque no disminuyan en número.
¿Qué podemos hacer?
Tener una alimentación equilibrada, variada y nutritiva. Ingerir abundantes alimentos ricos en vitamina C y antioxidantes que previenen los defectos en los espermatozoides estimulando su movilidad. Tomar la cantidad de Zinc necesaria pues las deficiencias de este mineral pueden disminuir el volumen del semen y los niveles de testosterona. Incorporar a la dieta ácido fólico, pues está demostrado que los hombres con menos niveles de vitamina D esencial tienen recuentos más bajos de esperma, por tanto hay que aumentar el consumo de cereales, vegetales de hoja verde, legumbres y zumo naranja. Incrementar la vitamina D y el calcio tomando leche, yogur y pescado. Reducir la ingesta de alcohol, pues el consumo diario de bebidas alcohólicas, vino, cerveza o incluso bebidas de alta graduación, disminuye los niveles de testosterona y el recuento de esperma.
Una forma de cuidar la salud en general contribuye a una mejora en la calidad del esperma y de paso a aumentar la necesaria Natalidad.
Por Luisa Mostazo Rodriguez
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