Rutinas de pensamiento
Publicado el 24 de Febrero de 2020 | Conocimiento

Aprender a aprender es una de las competencias que los docentes deben proporcionar al alumnado y, al mismo tiempo, una de las más complicadas a las que tienen que enfrentarse en las aulas. Esta dificultad es una de las grandes desconocidas, ya que concierne a una función que, por un lado, es innata al ser humano y por otro es tremendamente compleja: hablamos del pensamiento.
Pensar es una capacidad con la que todo ser humano cuenta, aunque se necesita un trabajo orientado de la misma para alcanzar un desarrollo óptimo. Acrecentar desde edades tempranas una cultura del pensamiento facilitará la consecución del “aprender a aprender”, es decir, proseguir, persistir y organizar el propio aprendizaje. Uno de los métodos más conocidos enfocados a alcanzar esta meta son las rutinas de pensamiento, las cuales nos pueden ayudar, entre otras cosas, a hacer más tangible el pensamiento.
¿Qué son las rutinas de pensamiento?
Son herramientas específicamente diseñadas para ayudar, apoyar y guiar a los estudiantes en sus procesos mentales. Estos instrumentos son normalmente preguntas o afirmaciones abiertas que provocan diferentes caminos para un mismo pensamiento, consiguiendo una mejora en la comprensión y en el aprendizaje. En términos informáticos, podríamos hablar de un “gestor de pensamientos” aunque con el matiz de que, al contrario de lo que ocurre con la informática, este no es un proceso rígido. Las rutinas de pensamiento proporcionan modelos totalmente flexibles cuyo fin es razonar y reflexionar.
Además, pueden utilizarse de diferentes maneras en clase. La más habitual es a través de un tema nuevo que se introduce con el visionado de un vídeo, por ejemplo, sobre los plásticos en el mar. La actividad planteada de forma audiovisual y basada en la herramienta de las rutinas de pensamiento consistiría en la formulación de una serie de preguntas a los estudiantes: “¿Por qué piensas así? ¿Cómo concuerda con lo que ya conoces? ¿Puedes verlo desde otro ángulo? ¿Qué te causa curiosidad? ¿Qué observas y adviertes? ¿Qué está ocurriendo realmente?”. Las preguntas están diseñadas para incitar al alumnado a razonar con evidencias, hacer conexiones, considerar diferentes puntos de vista, describir lo que hay o construir explicaciones.
Por Marta Seror
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